Violentas manifestaciones antinorteamericanas reciben a Clinton en Grecia
El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, aterrizó ayer tarde en Atenas, donde miles de griegos, convocados por los partidos de izquierda, tomaban el centro de la ciudad en una violenta manifestación contra su visita y contra la actuación de EEUU en la guerra de Kosovo. Al descender del avión, Clinton se declaró "amigo de Grecia" y defendió el derecho de manifestación. "Sé que hay mucha gente en Grecia a quienes disgusta nuestra posición en Kosovo; ellos tienen derecho a mantener su opinión, como yo lo tengo a mantener la mía", dijo.
"He venido como un amigo de Grecia. Espero con impaciencia disfrutar de su hospitalidad", afirmó el presidente, procedente de Estambul, en una breve declaración en el aeropuerto. El Gobierno griego prohibió las manifestaciones en el centro de Atenas, pero Clinton aseguró que Grecia es "la democracia más antigua del mundo" y defendió su derecho a discrepar. Prácticamente a la misma hora en que aterrizó el avión Air Force One, unos cinco mil manifestantes intentaron romper el cerco policial que se había organizado para acercarse a la Embajada estadounidense, lo que, según fuentes policiales, originó la intervención de las fuerzas de seguridad. Los agentes usaron material antidisturbios para contener a los manifestantes, que emplearon cócteles molotov y destrozaron escaparates y varias oficinas bancarias. Según testigos presenciales, cientos de policías antidisturbios protegidos con máscaras antigás intentaron frenar el paso de los manifestantes hacia la Embajada de Estados Unidos. No lo lograron. La protesta llegó hasta la puerta de la Embajada con gritos como "el carnicero de los Balcanes no es bienvenido", "Clinton, fascista, asesino" o el más habitual "Clinton, go home (vete a tu casa)".
La policía lanzó gases lacrimógenos para intentar repeler a los manifestantes, lo que desató la violencia de la protesta. Levantaron barricadas con contenedores de basura, lanzaron artefactos incendiarios contra oficinas bancarias y destrozaron escaparates en su camino hacia la Embajada estadounidense.
La manifestación se concentró en la céntrica plaza de Syndagma, mientras, en el aeropuerto, el presidente estadounidense era recibido por el ministro de Exteriores, Yorgos Papandreu.La Casa Blanca retrasó y acortó, a sólo 24 horas, la visita del presidente a Grecia precisamente por la convocatoria de estas manifestaciones.
En una conversación con los periodistas, el presidente estadounidense aseguró que sigue creyendo que hizo lo correcto cuando impulsó la decisiva participación de las Fuerzas Armadas de EEUU en las once semanas de campaña aérea contra Yugoslavia. Las protestas, organizadas por el Partido Comunista y otros grupos de izquierda minoritaria, se centran en la intervención de la OTAN en Kosovo, ya que buena parte de la población griega rechazó la campaña de bombardeos contra Yugoslavia.
En tono conciliador, Clinton dijo que Grecia "ha hecho un progreso asombroso en los últimos diez años". El presidente de EEUU espera, además, que la sociedad griega esté "alentada" por el anuncio, el pasado domingo, de la reanudación de los contactos para solucionar la división de Chipre, un asunto que ha envenenado las relaciones greco-turcas durante los últimos 25 años.
La ONU anunció el pasado domingo que el 3 de diciembre se reanudará un "diálogo indirecto" entre las comunidades griega y turca de Chipre, una isla que fue invadida parcialmente en 1974 por Turquía tras un golpe de Estado que pretendía anexionar la isla a Grecia.
Bill Clinton también confía en que el pueblo griego responderá de forma favorable a su petición de enterrar las viejas rencillas con Turquía. En este sentido, destacó que había encontrado "una buena acogida" en las tres ocasiones en que habló en Turquía sobre la necesidad de que los pueblos turco y griego se reconcilien.
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