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EL 'CASO OÑEDERRA'

El ex presidente recuerda que el PP le amenazó con que la justicia llegaría hasta él

El ex presidente del Gobierno Felipe González relacionó ayer de inmediato el auto del juez Garzón con la "amenaza" del PP de que la justicia llegaría hasta él, con el "rencor" que atribuye a ese partido y con el interés del Ejecutivo por tapar las consecuencias de su política de privatizaciones. Pese a todo, González dijo que no logra "estar preocupado". En el PSOE también se atribuyó una intención política al auto y se ligó la decisión judicial a la puesta en marcha de una campaña "bronca y sucia", tal como anunció José María Aznar. PNV, EA e Izquierda Unida pidieron el esclarecimiento rápido de los hechos.

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A González la noticia le llegó cuando estaba participando en un foro de debate en Barcelona. "No tengo ninguna información y no puedo pronunciarme al respecto. El único recuerdo que tengo es que a la mañana siguiente de las elecciones catalanas el señor Luis de Grandes anunció algo de eso como una especie de amenaza velada, y yo le contesté el 28 de octubre que siempre me he tomado en serio las amenazas de la derecha pero que no voy a cambiar de actitud y seguiré haciendo lo que debo hacer. A lo mejor él sabía algo. No estoy haciendo nada más que valorar esa declaración política. Lo demás, como no lo sé, pues no logro estar preocupado". Con esta primera valoración el ex presidente relacionaba el auto de Garzón con esas declaraciones del portavoz parlamentario del PP."Yo creo que la declaración política del portavoz parlamentario del PP sin duda tiene que ver con la proximidad de las elecciones y por un nerviosismo incomprensible por su parte. Tal vez están preocupados por lo que está pasando con las stocks options [en referencia a las opciones sobre acciones de los directivos de Telefónica]. (...) Tal vez están preocupados por que se sepa hasta qué punto este proceso de privatizaciones tiene un sentido radicalmente contrario a lo que debería ser, a lo que nosotros estábamos haciendo en privatizaciones", continuó González.

El mayor 'pelotazo'

El ex presidente insistió en relacionar los hechos con la denuncia propia y de su partido sobre las consecuencias de la política de privatizaciones del Gobierno y singularmente sobre las opciones sobre acciones de los directivos de esas empresas. "Hay que sumar muchos, muchos, muchos casos de corrupción de los últimos 40 años para compararlos con el pelotazo que han organizado. No digo de los 10 o 20, sino de los 40. Es espectacular lo que estamos viendo", agregó."No tengo la menor idea del auto. No lo sé ", dice González, pero continúa: "Una vez oí al juez Garzón en el Tribunal Supremo, hace muy poco tiempo, en que afirmaba, prácticamente textual, refiriéndose a otros jueces de la Audiencia Nacional, que en sus conversaciones decían que había que acabar con el sistema político corrupto y con el felipismo y que ésa era su misión en la vida. Lo decía el juez Garzón como testigo bajo juramento en el Tribunal Supremo, no hace todavía dos meses. Es la declaración más confirmatoria y con más credibilidad de aquella vieja teoría de la conspiración de hace unos años".

A media tarde, el portavoz del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, leyó un comunicado en nombre de la ejecutiva federal que, con otras palabras, decía lo mismo que González. En el mes de agosto, el presidente del Gobierno, José María Aznar, decía en Castellón a sus militantes que la campaña electoral iba a ser bronca y sucia. El PSOE ha querido interpretar que ellos iban a ser los destinatarios de presuntas malas artes. "Arenas y Aznar anunciaron cuál iba a ser su comportamiento", dijo Rubalcaba tras mencionar también a Luis de Grandes y sus sugerencias de que González tendría que enfrentarse alguna vez a la justicia. "No somos tan ingenuos como para pensar que estas cosas suceden por casualidad", añadió. "No vamos a contribuir al ennegrecimiento de la vida política. Los españoles tienen derecho a que les hablemos de su futuro", terminó.

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El ex ministro de Justicia e Interior Juan Alberto Belloch sí habló del juez Garzón, al que atribuyó "afición al espectáculo", y no dio "valor" a sus actuaciones.

Los dirigentes socialistas Juan Manuel Eguiagaray, Ramón Jáuregui y Rosa Díez coincidieron en aventurar que los tribunales ya zanjaron los argumentos en el caso Marey. Eguiagaray encontró al portavoz del Gobierno, Josep Piqué, bastante satisfecho al comentar el hecho. "Me parece tremendo que el señor Piqué haya dado muestras evidentes de pensar en que por fin cree que ha pillado algo".

Los socialistas aluden al tono de las palabras de Piqué, ya que en su literalidad poco se puede objetar toda vez que recurrió a la habitual apelación de respeto a las decisiones judiciales. El ministro portavoz declaró: "No creo que pueda ser celebrado por nadie el hecho de ver a un ex presidente del Gobierno, que merece todo el respeto institucional, mezclado en este tipo de asuntos".

"Pasar página"

También Nueva Izquierda, a través de su secretario general, Diego López Garrido, pidió rapidez al Supremo para que "no lo utilice la derecha española". La diputada de Eusko Alkartasuna Begoña Lasagabaster pidió el esclarecimiento de los hechos para poder "pasar página", y el lehendakari, Juan José Ibarretxe, se limitó a decir que el asunto tiene una "lectura trascendente".El portavoz de la Asociación Profesional de la Magistratura, José Luis Requero, se mostró "sorprendido" por el auto de Garzón, y en declaraciones a Europa Press manifestó que es "extraño" que "el asunto de Oñederra, que estaba parado, surja de nuevo a la luz cuando está cercano el juicio del caso Lasa-Zabala".

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