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Balza: "Europa es hipócrita con los inmigrantes"

El consejero de Interior, Javier Balza, llamó ayer la atención sobre "las altas dosis de hipocresía" con que actúa la Unión Europea al obstaculizar la llegada de los inmigrantes y, al mismo tiempo, "utilizar e incluso explotar la marea de mano de obra barata" que éstos suponen. Balza inauguró ayer un seminario titulado Inmigración ilegal, que durante cuatro días reunirá a expertos en la materia en la academia de la Ertzaintza, en Arkaute.El consejero, en su discurso ante policías vascos, abogó por dar "una respuesta global" a este problema para evitar situaciones de "tiempos pasados" en que se daban "riesgos de generar perfiles xenófobos" entre la policía. Además, se mostró partidario de "líneas de colaboración" con organizaciones especializadas en la atención a colectivos marginales. No se refirió, en cambio, a casos concretos como el de los ocho polizones africanos llegados a Pasajes el pasado 7 de noviembre.

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Balza observó el fenómeno del inmigrante irregular desde la doble perspectiva de "actor del delito" y de "víctima". Además, apostó por sustituir el término ilegal que habitualmente se aplica a los extranjeros sin papeles. La actitud de la policía, según el consejero, debe tender a la "defensa de los derechos y libertades de todos", de modo que "el derecho del ciudadano debe quedar superado por el derecho de la persona".

El moderador de la primera jornada fue Antonio Beristain, director del Instituto Vasco de Criminología, quien incidió en las palabras de Balza al asegurar que ahora se está construyendo "un muro mayor y peor que el de Berlín, entre Gibraltar y África".

La jornada se abrió con una ponencia de Juan Luis Ibarra, magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Paíus Vasco, que en los últimos seis años ha tramitado 860 casos ligados al derecho de extranjería, de los cuales un 25% estaba relacionado con la ilegalidad de su estancia en España. Ibarra insistió en la necesidad de acertar en la futura legislación sobre extranjería para no caer en el racismo y la xenofobia. "Si lo hacemos bien, en 10 o 20 años esto no será Francia. Pero estamos repitiendo errores", advirtió. En este sentido deseó "suerte" a los parlamentarios que están elaborando la nueva ley. "Lo van a tener difícil. No está nada claro que el Gobierno vaya a aprobarla", comentó.

El magistrado pidió que no se haga una discriminación positiva a los extranjeros porque, aparte del "rechazo social" que podría originar, lo fundamental está en que los inmigrantes "tengan un buen estatuto para no quedar al albur de las buenas intenciones del juez o el policía de turno".

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El último ponente de la jornada, el consejero permanente de Estado José Luis Manzanares, advirtió de algunos riesgos que pueden derivar de la agilidad que se está dando a la futura normativa de extranjería: "La nueva ley supone un avance, pero me preocupa la tramitación por urgencia, al final de una legislatura y con prisas. Porque las prisas son lo peor que le puede ocurrir a una ley. A veces", siguió, "el acierto en una línea del texto evita problemas a jueces a la hora de interpretarlo".

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