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Reportaje:

Un grupo de expertos elabora el Pacto por el Medio Ambiente

,La pasada semana se reunieron en Sevilla, convocados por la Consejería de Medio Ambiente, más de 60 especialistas en distintas materias, así como representantes de diferentes colectivos sociales, para constituir el denominado Consejo Andaluz para el Desarrollo Sostenible. La primera tarea que se le ha encomendado a este grupo de expertos es la elaboración de un Pacto Andaluz por el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible, documento que debería estar listo antes de que finalice el año.

No es la primera vez que en Andalucía se busca un amplio consenso a la hora de enfrentarse a iniciativas de tipo ambiental. A finales de los años ochenta fue el movimiento ecologista el que propuso un ambicioso Pacto Forestal Andaluz, que permitiera una transición, ordenada pero rápida, del inadecuado modelo con el que se estaban gestionando los bosques de la región a fórmulas más respetuosas con estos ecosistemas. El documento, al que se sumaron numerosos colectivos, terminó inspirando, ya en el ámbito parlamentario, el actual Plan Forestal Andaluz.Algo parecido ocurrió durante el último periodo de sequía, que concluyó en 1996, cuando se redactó el Acuerdo Andaluz por el Agua. En este caso todo quedó en una declaración de buenas intenciones, forzada por la difícil situación generada por la sequía.

Estas son las dos caras de una misma moneda, y la adopción de una u otra fórmula es a lo que se enfrentan, desde mediados de la pasada semana, 60 expertos a los que la Consejería de Medio Ambiente ha convocado para que elaboren el Pacto Andaluz por el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible.

A diferencia del pacto forestal o el acuerdo sobre el agua, en este caso hay que abarcar múltiples facetas y no una única cuestión. El documento que ha servido para iniciar el debate se estructura, de forma resumida, en dos grandes bloques, uno dedicado a la conservación y gestión de los recursos para el desarrollo y otro que se ocupa de algunas cuestiones de tipo social y económico.

El primero de estos apartados incluye la protección atmosférica; el desarrollo, eficacia y consumo de energía; los transportes; el desarrollo industrial; el turismo sostenible; la planificación y ordenación de los usos del suelo; la ordenación de los recursos naturales, los usos y las funciones de los terrenos forestales; el desarrollo sostenible en las áreas de montaña; el fomento de la agricultura y la ganadería sostenibles; la conservación de la biodiversidad; la protección de los recursos naturales marinos; el uso racional del agua; la gestión de los residuos, y el medio ambiente urbano. En el segundo bloque se desarrolla la cooperación internacional, la lucha contra la pobreza, la evolución de las modalidades de consumo, la demografía y la emigración.

De acuerdo con las recomendaciones de la Conferencia de Río, se trata de sentar las bases para un nuevo modelo de crecimiento económico con acciones concretas que se fijarán, según la nomenclatura acuñada por la ONU, en una Agenda 21, a la que se someterán las personas e instituciones que suscriban el pacto.

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A pesar de lo complejo del encargo, los expertos tan sólo cuentan con algo más de un mes para redactar su propuesta, ya que la Consejería quiere disponer de la misma a finales de noviembre. Entonces se iniciarían las negociaciones con los distintos agentes sociales de la región para que se sumen al pacto.

Los miembros del Consejo Andaluz para el Desarrollo Sostenible abogaron por enriquecer la agenda, convirtiéndola en un catálogo de acciones concretas, cuantificadas económicamente y cuya ejecución habría que situar en un plazo de tiempo razonable. Esa sería la única forma de hacerla creíble y, aún así, habría que afinar mucho en la redacción si se quiere conseguir un respaldo mayoritario ya que, como advirtieron algunos, será difícil, por ejemplo, convencer a determinados sectores empresariales para que asuman nuevas cargas fiscales o penalizaciones por acciones agresivas con el medio ambiente.

Comentarios y sugerencias a propósito de Crónica en verde pueden remitirse al E-mail: sandoval@arrakis.es

Teoría y práctica

Hablar de desarrollo sostenible en Andalucía no es filosofar sobre algo que no existe más que en la teoría. Desde hace algunos años la Administración y, sobre todo, diferentes colectivos sociales e instituciones científicas tratan de llevar a la práctica este concepto. Quizá sea el Instituto de Desarrollo Regional (IDR) uno de los organismos que más ha avanzado en este campo, desde que en 1994 lo convirtió en uno de sus frentes prioritarios de actuación.José Carlos Cuerda, coordinador de programas del instituto, señala: "Trabajamos con la hipótesis de que la protección de la naturaleza no puede ser considerada simplemente como una carga adicional a los costes empresariales". "Por el contrario", añade, "producir bienes y prestar servicios destinados a la conservación de nuestro entorno es una nueva actividad económica, en rápida expansión, capaz de generar renta y empleo".

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