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Un torpedo en la cubierta

Los pescadores de arrastre que faenan ante la costa del Ebro se extrañan cada vez menos de los estrambóticos artilugios que llegan a capturar sus redes. Cuando los miembros de una tripulación descubren, entre las merluzas y los salmonetes que rellenan la cubierta, algún fardo de color azul precintado con adhesivo, ya sospechan cuál es el contenido del paquete:hachís. El pasado verano fueron encontrados 5.000 kilos de droga ante el litoral del sur tarraconense, ya fuera sumergida en el mar o escondida en embarcaciones cuyos navegantes pretendían depositarla en el fondo para que fuera recogida por sus compinches.La última captura, sin embargo, es más singular aún. El barco Vicent, perteneciente a la Cofradía de Pescadores Verge del Carme de Sant Carles de la Ràpita, capturó un torpedo de 500 kilogramos de peso que había quedado extraviado en el fondo del mar el año pasado durante unas maniobras de la OTAN. Se trata de una carga de profundidad de procedencia posiblemente estadounidense que, sin embargo, al igual que todas las que utiliza la OTAN en este tipo de ejercicios por el Mediterráneo, carece de carga explosiva. Así lo aseguraron fuentes del Ministerio de Defensa desde la Zona Marítima de Cartagena, adonde el sábado fue trasladado el proyectil encontrado por los pescadores tarraconenses.

"Cuando identificamos el objeto, de tres metros de longitud, sentimos cierto miedo porque ignorábamos si estaba cargado o no", explica Vicent Balaguer, patrón de la embarcación que encontró el torpedo, a unos 40 metros de profundidad y a 10 millas del puerto de Sant Carles de la Ràpita.

Creyendo que se trataba de alguna bomba caída durante la guerra civil, la tripulación se puso en contacto por teléfono con la Guardia Civil, que les sugirió que transportara el artefacto hasta el puerto. Una vez allí, se optó por avisar a artificieros de Tarragona, quienes, a su vez, todavía creyendo que se trataba de una carga de profundidad del tipo erizo depositada durante la guerra civil, informaron del hallazgo a la Armada, puesto que había sido encontrada en el mar.

Especialistas de la Zona Marítima se desplazaron el pasado sábado desde Cartagena hasta Sant Carles de la Ràpita para averiguar si la bomba tenía o no material explosivo en su interior. Durante los dos días que los artificieros tardaron en acudir, el torpedo se guardó bajo continua vigilancia en uno de los almacenes del puerto y se intentó mantener en secreto su localización.

Sin embargo, y aunque la mayoría de los vecinos de la localidad no se enteró de los hechos hasta que el torpedo ya había sido enviado a Cartagena, no pudo evitarse que la noticia circulara entre los miembros de la cofradía de pescadores. El malestar se extendió rápidamente ante la suposición de que se trataba de un misil que debía haber sido utilizado durante la pasada guerra de Yugoslavia y que cayó, sin llegar a explotar, antes de llegar a su destino.

Fuentes de la Zona Marítima de Cartagena aseguraron: "Se trata de una mina sin carga, que puede perfectamente tener la forma de un torpedo, de las que se depositan en el fondo del mar, a distintas profundidades, y luego son localizadas y recogidas por buques llamados dragaminas o cazaminas". Las mismas fuentes informaron de que, posiblemente, la encontrada cerca de Sant Carles "se perdió" el año pasado, aunque no han concretado de qué país era la fuerza internacional que realizó las maniobras en cuestión.

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Responsables de la agrupación naval de la OTAN MCM Formed han explicado que entre los próximos días 18 y 23 de octubre se llevarán a cabo más ejercicios de este tipo, con minas sin carga, ante las costas de Baleares, tal como prevé el programa Mínex 99.

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