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Pujol se compromete a no pactar ni a gobernar con el PP tras las elecciones

Los nacionalistas de CiU viraron ayer su estrategia hacia el Partido Popular y el propio Jordi Pujol no tuvo ayer empacho en afirmar que no pactará ni gobernará con el PP tras las elecciones porque Cataluña nunca lo entendería. Añadió que los populares, "por razones históricas, sólo podrán desempeñar un papel muy de segunda línea" en esta comunidad. Los sondeos indican que existe un alto porcentaje de indecisos que aún se debaten entre Pujol y Maragall, y por tanto se impone un ataque en toda regla contra los populares para asegurarse el voto dubitativo más progresista.

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Pujol incluso relegó al PP a un papel político de segunda fila.El presidente de la Generalitat quiso transmitir ayer un mensaje de tranquilidad no sólo a su militancia, sino también a todo el electorado potencial, y a la vez un aviso para navegantes al Partido Popular. Los nacionalistas ya sufrieron la amarga experiencia de las elecciones municipales, que les costó una sangría de votos (125.000) por no descartar desde un primer momento un pacto con el PP en el Ayuntamiento de Barcelona. El error hay que corregirlo, no sólo para no tropezar de nuevo con la misma piedra, sino porque así lo indican los sondeos.

En opinión de Pujol, el electorado de CiU y la opinión pública catalana entienden a la perfección que la coalición nacionalista pueda pactar en el Gobierno central alternativamente con el partido socialista o con el Partido Popular en beneficio de la estabilidad en España. Pero en Cataluña es otro cantar. Cataluña es diferente y los populares han de hacer un esfuerzo para comprenderlo. "Lo que la gente no ve claro, ni la militancia ni el electorado", afirmó el presidente en conferencia de prensa en Tarragona, "es que el PP pueda tener un peso importante en Cataluña, y el PP tiene que entender que por razones históricas esto es así y que sólo podrá desempeñar un papel muy de segunda línea".

Aunque no es la situación ideal, los nacionalistas se han sentido bastante cómodos en esta legislatura pasada. Han podido pactar alternativamente con la derecha o con la izquierda. El líder de CiU se encargó ayer de recordar que la mayoría de las leyes se han aprobado por unanimidad o con un amplio respaldo parlamentario, y algunas -las de mayor calado político- han salido adelante en ocasiones con la oposición del PP. Pero, además, Pujol se permitió alardear de que los conservadores no han tenido ninguna oportunidad de influir en la política ni en la obra de gobierno de CiU, como si los populares no contaran para nada, ni siquiera en las innumerables ocasiones en que sus votos han servido para salvar de la quema política a diversos consejeros reprobados desde los bancos de la izquierda.

Pactar en Madrid con el PP tiene sus riesgos y produce cierta incomodidad, reconoció el líder nacionalista, pero la situación no es exportable a Cataluña. CiU ha sido capaz, subrayó Pujol, de salir adelante en situaciones complicadas, pero un pacto con el PP sería, aunque no lo dijo, lanzarse al abismo.

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El objetivo de los nacionalistas es obtener el 17 de octubre una amplia mayoría que les permita formar un gobierno en solitario. Y aunque el cabeza de lista de CiU por Tarragona, Joan Miquel Nadal, dejó entrever el jueves un futuro pacto con los socialistas, ayer Pujol también lo negó.

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