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Tribuna:CIRCUITO CIENTÍFICO
Tribuna
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Bicentenario de la pila eléctrica

"Como, città di Volta". Así reza hoy en la cumbre de una de las escarpadas montañas que rodean el lago y el pueblo italiano de Como, donde nació y murió Alessandro Volta (1745 - 1827), en el seno de una aristocrática familia lombarda. Volta, tras unos años como director de la escuela estatal y profesor de física en Como, pasó, en 1778, a desempeñar la cátedra de física experimental en la Universidad de Pavía, donde desarrolló su actividad docente e investigadora hasta 1819, que se retiró a su pueblo natal.Sus intereses científicos fueron muy precoces. Siendo estudiante universitario ya mantenía correspondencia con destacadas autoridades en el campo de la electricidad, como el abate Nollet y el padre Beccaria. Su primer trabajo público -"Sobre la fuerza atractiva del fuego eléctrico"- data de 1769. La invención del electróforo perpetuo, el condensador eléctrico y el eudiómetro, así como sus contribuciones a la meteorología, calorimetría, geología y química de los gases, pronto le acreditaron como un prestigioso científico en Europa, por cuyas universidades pasó entrevistándose o colaborando con los científicos de su tiempo. En 1794, la Royal Society londinense le honró con la medalla de oro Copley.

A finales de 1799, concluyen sus investigaciones sobre la "pila a colonna", la pila de Volta, de cuya trascendencia, tanto en el ámbito puramente científico como en el progreso social no es necesario extenderse, por su obviedad. La primera noticia de tal invención no fue hecha pública hasta el 20 de marzo de 1800 en que Volta se lo comunicó por carta al presidente de la Royal Society. En 1801, Volta viaja a París a requerimiento de Napoleón, para mostrarle su descubrimiento; ante el entonces primer consul francés, el ilustre comasco leyó su Disertación sobre la identidad del fluido eléctrico con el galvánico, dando por concluida la controversia mantenida con su compatriota Luigi Galvani, quien mantenía que las contracciones musculares de las ancas de rana muertas, tocadas por los extremos de un arco formado con dos metales diferentes, eran causadas por un fluido elettrico animale contenido en nervios y músculos, frente a la teoría voltiana de que tales contracciones se debían a la diferencia de tensión eléctrica, concepto introducido por Volta, existente entre las placas metálicas. Por esta razón, Volta presentó inicialmente la pila como un organo elettrico artificiale. Napoleón, en reconocimiento a las aportaciones científicas de Volta, le concedió el título de Conde, nombrándole asimismo Senador del Reino.

La popularidad de Volta en Italia, y especialmente en Como, ha sido siempre sobresaliente, reiterándose las celebraciones en su honor tanto en la conmemoración de su nacimiento y muerte como en los aniversarios de la invención de la pila. En 1927, cuando fue construido en su memoria el Templo Voltiano a orillas del lago, se celebró un congreso al que asistió el físico español Blas Cabrera en el que Niels Bohr dió a conocer su principio de complementariedad sentando las bases definitivas de la mecánica cuántica. Ese mismo año se construyó en Brunate, aldea próxima a Como, donde Volta pasó parte de su infancia, un faro que domina la colina más alta de aquellos contornos.

Entre los años 1998 y 2000 se están produciendo en Italia, y seguirán produciéndose, múltiples celebraciones voltianas con motivo del Bicentenario de la pila. La enumeración de eventos sería prolija, pero no deja de sorprender cómo los respectivos comités organizadores - nacional, regional de la Lombardía y local de Como- han conseguido implicar a los más diversos estamentos de la sociedad italiana, bien con acciones directas, bien financiándolas: desde la proeza alpinista que colocó el cartel con que titulo este comentario hasta las más modestas contribuciones, como la decoración de escaparates con motivos voltianos en panaderías, floristerías, farmacias, librerías, tiendas de tejidos, zapaterías, amén de postales, monedas, carteles, sellos, reproducciones de la pila, pañuelos. Se han reeditado las obras de Volta, subvencionado estudios sobre la ciencia italiana en su tiempo, publicado biografías, celebrado congresos científicos y divulgativos, elaborado material didáctico y exposiciones "para sensibilizar la opinión pública y en particular la de los estudiantes". En definitiva, se ha desplegado una campaña de cultura científica envidiable, que sin duda alienta a quienes tienen responsabilidades docentes, investigadoras, industriales, políticas incluso, para trabajar por el fomento de las ciencias entre la ciudadanía.

Antonio Moreno González es profesor en la Universidad Complutense y miembro del comité científico del congreso Science as Culture (Como, 1999).

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