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La Carta Municipal arranca con la creación de la comisión de urbanismo

La subcomisión de Urbanismo, primero de los consorcios previstos en la Carta Municipal de Barcelona, celebró ayer su primera sesión y adoptó las primeras decisiones, además de dar vía libre al penúltimo trámite sobre el plan especial de Torre Vilana, en la ladera de Collcerola. Este plan tiene que servir para reducir la edificación prevista, de 56.000 metros cuadrados a sólo 24.000, "evitando que la ciudad trepe por la montaña", en palabras de Borja Carreras-Moysi, gerente de Urbanismo de Barcelona.

Lo primero que hizo la comisión fue constituirse formalmente. Un mero trámite que tenía un valor especial: con la reunión empezaban a funcionar los consorcios formados por miembros del Ayuntamiento y de la Generalitat que asumirán competencias hasta ahora exclusivas del Gobierno catalán. En el caso de Urbanismo, la situación era especialmente extraña: Barcelona tenía menos competencias que cualquier población española no catalana de más de 50.000 habitantes. Algunos dirigentes municipales afirmaban que el urbanismo barcelonés se hallaba "en estado de excepción". Desde ayer, las cosas han cambiado. Una cantidad notable de asuntos serán de competencia municipal. En este contexto, el segundo punto de la orden del día (el primero era la constitución y el nombramiento de los miembros de la subcomisión) era especialmente simbólico: la recalificación de un espacio de la Diputación de Barcelona situado en la calle de Minerva que ya ha pasado de ser suelo edificable a "equipamiento administrativo", según explicó el director general de Urbanismo del Gobierno catalán, Joan Antoni Solans. El tercero y último de los puntos del día era el de mayor relevancia ciudadana: la modificación del plan general metropolitano en la zona llamada Torre Vilana, en la ladera de Collcerola, tras el Museo de la Ciencia y junto a la Ronda de Dalt, un asunto que se arrastra desde 1976. El Ayuntamiento pretendía revisar los derechos edificatorios sobre 56.000 metros cuadrados en las zonas de la montaña conocidas como valle del Frare blanc (vertiente más cercana al Besòs) y Bell esguard (vertiente de poniente). A falta de una información complementaria de la Comisión de Urbanismo de Cataluña, el proyecto quedó listo. Con esta decisión, Borja Carreras-Moysi se evita que "la ciudad trepe por la Montaña, además del impacto para el paisaje urbano de una obra de esta envergadura". La composición de la subcomisión de Urbanismo ha sido objeto de diversas negociaciones relacionadas especialmente con su funcionamiento. Finalmente, además del presidente, que será el consejero de Política Territorial, Pere Macias, se ha aceptado la existencia de un vicepresidente, que será el primer teniente de alcalde de Barcelona, Xavier Casas. Éste sustituirá al presidente en su ausencia, sin que ello implique disponer de dos votos en esas ocasiones. Asimismo, la comisión deberá reunirse con una periodicidad mínima de cada tres meses. Los miembros de la subcomisión, por parte del Gobierno catalán, son Joan Anton Solans; el director general de Arquitectura y Vivienda, Ramon Roger; el subdirector general de Planeamiento, Jordi Casso; el asesor especial del consejero, Jordi Artigas, y el director adjunto del Plan Territorial Metropolitano, Josep Bernis. Por el Ayuntamiento, los vocales designados por el alcalde son el comisionado de la Alcaldía para Infraestructuras y Urbanismo, Josep Antoni Acebillo; el gerente de Urbanismo, Borja Carreras-Moysi; el director de Servicios de Planeamiento Urbano, Ricard Fayos, y la subdirectora de Servicios Jurídicos, Meritxell Josa.

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