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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Otro aviso a Schröder

El canciller alemán, Gerhard Schröder, sufrió el domingo un nuevo y durísimo revés electoral. El Estado de Sarre, bastión socialdemócrata bajo el anterior líder del SPD, Oskar Lafontaine, dio la mayoría absoluta a la Unión Cristiana Democrática (CDU), y en el Estado oriental de Brandeburgo, los socialdemócratas perdieron 14 puntos, aunque consiguieron mantenerse en primer lugar con el 40% de votos. La pérdida de popularidad de los socialdemócratas, a menos de un año de su triunfo, se debe sobre todo al coste político del anunciado plan de austeridad presupuestaria y sus consecuencias para las pensiones y demás prestaciones sociales. La resistencia al paquete de austeridad por parte de sectores del SPD ha reforzado la imagen de discrepancias en el Gobierno y las esperanzas de muchos electores de acabar con las reformas votando a la CDU.

Schröder anunció el mismo domingo que las reformas seguirán porque no hay alternativa a las mismas. Y aunque vuelva a sufrir otra derrota en este año saturado de elecciones regionales, parece claro ya que el canciller vincula el éxito de la legislatura y su propia supervivencia política a este gran plan de saneamiento. Parece confiar en que una vez puesto en marcha tendrá dos años para demostrar a los alemanes que la reforma del sistema fiscal y el recorte del gasto son medidas eficaces para hacer crecer el empleo.

Pero nuevas derrotas en los länder pueden dar a la CDU una sólida mayoría en la segunda Cámara, el Bundesrat, que tiene que aprobar el plan de reformas, aunque es improbable que lo bloquee, pues no difiere demasiado de lo que ella misma considera imprescindible para combatir el paro y reactivar la economía.

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En cuanto a los Verdes, después de haber accedido al Gobierno comienzan a verse en peligro de desaparecer como socio necesario y partido de entidad. En el Sarre no superaron la barrera del 5%, y en Brandeburgo quedaron reducidos a la insignificancia. En este Estado han logrado entrar en el Parlamento los ultraderechistas de la Unión Popular Alemana (DVU). Su lamentable éxito responde tanto a las dificultades sociales en esta región de la antigua RDA como a la considerable organización con que cuenta. Schröder tiene ante sí un largo calvario si quiere mantener la coherencia del plan de modernización de Alemania, que ya considera su principal obra política. Pero si no la mantiene, su paso por la política alemana y europea sería efímero. Y su tercera vía, una anécdota.

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