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San Sebastián y la Villa de Vallecas, elegidas por la Unión Europea como ejemplos de urbanismo

Una guía recogerá los mejores modelos de coexistencia entre el tráfico y los peatones

El modelo de coexistencia del tráfico rodado con los peatones en San Sebastián y la Villa de Vallecas (Madrid) han sido seleccionados por la Unión Europea para figurar en una guía de buenas prácticas que dirige el sueco Olof Gunnarsson, en el marco de un programa de investigación de la Unión Europea sobre infraestructuras urbanas. La aplicación de estos prácticas despertó rechazo inicialmente por el temor de los comerciantes a perder clientela, pero dado sus buenos resultados, los ayuntamientos reciben peticiones para extender la experiencia a otros barrios.

San Sebastián (180.000 habitantes) es la ciudad española que estrenó el nuevo concepto urbanístico donde el peatón recupera el espacio invadido por el tráfico. En una primera fase peatonalizó el casco antiguo. Luego aplicó en la zona más activa y comercial -la que confluye en la playa de La Concha, donde se concentran el 75% de los 3.300 comercios de la ciudad- la peatonalización continua en dos grandes ejes, las calles de Loyola y Guetaria. Ambas calles atraviesan la ciudad y distribuyen a los viandantes en un paseo ininterrumpido y compartido solamente con vehículos de residentes o los de carga y descarga. Los de paso han sido excluidos. De esta manera, los 240.000 viajes diarios que hacían en días laborables, mayoritariamente en automóvil, se hacen a pie en un 42%; en transporte público en un 29%; sólo un 23% en automóvil, y en dos ruedas el 6%. Si el visitante que llega en automóvil a San Sebastián desea acceder a estas zonas dispone de 3.000 plazas de aparcamiento de rotación pública en sus inmediaciones. Otras 21.000 son para residentes. Antes de hacer realidad este modelo, que ha costado muchos debates y discusiones públicas, el anterior Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente durante la etapa de José Borrell hizo un ensayo en el barrio de Gross, situado al otro lado del río Urumea, donde Rafael Moneo ha levantado el Kursaal (Palacio de Congresos). El equipo de Borrell que impulsó estas prácticas en los cascos históricos de ciudades con pedigrí (Granada, Toledo, Cuenca...) fue disuelto al llegar Rafael Arias-Salgado. Pero muchos de sus integrantes continúan impulsándolas allí donde los responsables municipales les dan cancha. Además de San Sebastián, que ha sido visitada recientemente por el Gunnarsson, director del grupo de trabajo que colabora en la identificación de buenas prácticas urbanísticas, ha sido seleccionada la Villa de Vallecas, en el sureste de Madrid. Nada que ver con la ciudad norteña, veraneo regio en otras épocas. Vallecas Villa fue anexionada al municipio de Madrid en los años 50, época a la que pertenecen varios bloques de casas de su centro urbano, casas cuya superficie total no supera los 37 metros cuadrados, un tamaño probablemente inferior al de muchos salones de las viviendas que miran a la playa de La Concha, en San Sebastián. En tres años, y con apenas 973 millones (250 aportados por el Ayuntamiento de Madrid y 450 por la Comunidad de Madrid), la Villa de Vallecas (60.000 habitantes) ha transformado 4,4 kilómetros de viales. Carlos Corral, el ingeniero-urbanista que dirige los servicios técnicos de la Junta Municipal, asegura que no se habría podido llevar a cabo la transformación del casco vallecano sin el apoyo de la ex concejal de distrito Carmen Torralba (PP). Corral fue jefe de Circulación de Madrid, y después de pasar por el Ministerio optó por retirarse a Vallecas, un barrio periférico donde pensó que sería posible desarrollar sus ideas sobre el uso del espacio urbano. Pavimento continuo "La clave está en conquistar el espacio del automóvil y cedérselo a todos", dice, "mediante un diseño de ciudad para peatones que pueda ser compartida por algunos coches, de modo que el peatón crea que el espacio es suyo y el conductor del coche sea consciente de que entra a un espacio ajeno". Como en el caso de San Sebastián, Vallecas ha recuperado dos grandes ejes peatonales; donde antes circulaban a diario 5.000 o 6.500 coches pasan ahora 300 o ninguno. Corral ha eliminado las aceras y ha dejado el pavimento continuo con bandas transversales de colores. Junto a estos ejes predominantemente peatonales ha implantado por primera vez "zonas 30", donde no se puede circular a más de 30 kilómetros por hora. "Se trata", dice, "de cambiar la alineación visual del conductor y hacerle consciente de que no puede correr porque la ciudad ha dejado de ser suya".

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