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La Universiada, que costó 12.000 millones, concluye sin apenas interés

Los XX Juegos Mundiales Universitarios de Palma concluyeron el pasado martes en la capital balear con un discreto balance y la sensación de que este encuentro deportivo agoniza y que cada vez interesa menos a organizadores y deportistas. Ni el brillo de las medallas -27 sumó España- ni el entusiasmo de los 6.000 deportistas participantes de 131 países lograron salvar la imagen de una Universiada financiada con dinero público -costó 12.000 millones- donde imperaron el caos y la improvisación. Los Juegos de Palma tuvieron escasa relevancia y mínimo interés, incluso para la propia sociedad balear. En la ceremonia de clausura las gradas se quedaron semivacías en la última hora y media de espectáculo, como protesta por la baja calidad de las actuaciones y la deficiente megafonía.

En Palma de Mallorca no ocurrió nada distinto a lo que han sido las últimas ediciones de Fukuoka y Sicilia. Quizás en ello tiene mucho que ver la imagen de arbitrariedad y prepotencia que ha dado el presidente de la Federación Internacional del Deporte Universitario (FISU), el italiano Primo Nebiolo, que en la capital balear se permitió el lujo de homologar por decreto la pista de atletismo de Son Moix, sin esperar el resultado de las mediciones que debían realizar los técnicos de la Federación Española de Atletismo. Ello sin contar con sus sus elevadas exigencias de alojamiento (tenía reservada una suite en un hotel de lujo y un coche de último modelo). Mientras que muchos de los deportistas universitarios debían dormir en habitaciones ocupadas por cuatro o cinco personas, la directiva de la FISU había reservado las mejores plazas en hoteles de renombre. La última gran decisión adoptada por ese organismo fue prohibir la difusión de un medallero oficial de los Juegos con el argumento de que ello "colisiona con el espíritu de la Universiada, que es el de competir, sin importar quién ha ganado".

Estados Unidos ha sumado 31 medallas de oro; Rusia, 14; Cuba, 12; Japón, 10; Rumania, 9; y España, 7. De ellas, una en fútbol y otra en baloncesto femenino, con la sorprendente victoria ante EE UU, cuyo equipo jamás había sido derrotado en estos juegos universitarios.

Instalaciones

Palma dijo adiós al denominado "último gran acontecimiento del milenio" sin elaborar aún el balance económico. Los organizadores dicen que la gran red de recintos deportivos creada en la capital balear con motivo de los Juegos "ha merecido el esfuerzo", pero no todos están de acuerdo con esa tesis. Son Moix, el buque insignia de las instalaciones, sigue en obras, y es dudoso que el Real Mallorca dispute en ese campo la fase previa de la Liga de Campeones o, incluso, los primeros meses de la Liga. Las piscinas de Son Hugo tienen un coste de mantenimiento tan elevado que muchos ven inviable su utilización en el futuro. Otros recintos sólo han sido objeto de reformas parciales.

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