Carvajal, el gigante de Wembley
El lateral, autor del primer gol del Madrid, levanta a un equipo pálido e iguala las seis Copas de Europa de Paco Gento, igual que Modric, Nacho y Kroos
En el minuto 49, Wembley asistió a un aleteo de mariposa. En medio del páramo del Madrid, amenazado por todos los rincones, sin haber tirado a puerta en toda la primera mitad, Carvajal cabeceó un córner en el primer palo. Alto, nada. O eso pareció. Los blancos habían forzado el saque de esquina tras el primer lanzamiento entre los tres palos, de Toni Kroos, después de una falta rascada por Vinicius de la nada, de una carrera en solitario que no fue producto más que de una aventura personal. En ese barro se encontraba el Madrid cuando el lateral se aventuró con ese intento por arriba en el primer palo. No lo pareció entonces, pero fue el inicio de todo en Londres para el Madrid.
Carvajal todavía tuvo otra después, esta con el pie y en el segundo palo. ¿Algo se estaba moviendo en Londres? Ya sí. Vinicius había despertado por la izquierda. Aquello era todavía algo deshilachado para los blancos, Courtois aún se seguía estirando ante Füllkrug, pero el Madrid ya había asomado la patita.
El mazo lo sacó a falta de un cuarto de hora. Fue el gigante de Carvajal, un defensa de poco más de 1,70 que le ganó por alto a un tallo como Füllkrug, un delantero de 1,89, para anotar el 0-1. La puerta al cielo de los blancos y también de Carvajal, que igualó a Paco Gento con seis Copas de Europa, como Toni Kroos, Luka Modric y Nacho. A ese olimpo llevó de la mano el lateral derecho a sus compañeros cuando el Madrid andaba sonado en el campo, sin respuestas ni dictado para echarle el lazo a un Dortmund que se desplegaba como quería. Adeyemi fue también un dolor de estómago y muelas para el propio Carvajal.
“Nos hemos dado cuenta de que Carvajal ataca muy bien el primer palo”, había advertido Carlo Ancelotti a principios de temporada, después de un tanto del defensa al Sevilla atacando la pelota desde esa posición. Sorprendió que un bajito como él les ganara a todos en el Pizjuán. Y no era la primera vez en la temporada. De ese pozo, que entonces parecía un episodio más de la campaña, sacó el Madrid la Decimoquinta. “Se han dado cuenta bastante tarde, en mi carrera debería llevar muchos más goles”, bromeaba el defensa dos horas después del choque. “Este año he subido a los córners, la determinación ha sido clave en mi carrera. Cuando vas con ganas y tienes un buen timming, puedes producir cosas”, añadió el defensa.
Durante toda la primera parte, con los blancos desnortados, el lateral braceaba a sus compañeros ante el acoso de los alemanes. Sin respuesta más allá de las estiradas de Thibaut Courtois, que dejó una primera mitad que recordó en parte a lo que hizo hace dos años en París contra el Liverpool de Salah y Klopp. El técnico germano, que exhibió mandíbula en la previa cantando a coro el You’ll never walk alone del muro amarillo, asistía desde su palco a las estiradas de su peor pesadilla.
“En la primera parte no hemos merecido ni el empate, hemos sabido sufrir. Salimos vivos, pero sabíamos que llegaría nuestro momento”, afirmó en caliente el lateral sobre el mal rato que pasó su equipo.
Con él empezó todo en otra noche de resistencia, agonía y gloria de los blancos en Europa. Acabada la noche, el defensa dobló el cuerpo, solo, mientras las cámaras se fueron a por él antes de ser nombrado el MVP de la noche. El resucitador. Un aleteo al comienzo de la segunda parte, un cabezazo que apenas quedó anotado en las libretas, abrió el espolón de otra Champions blanca. El cierre personal perfecto para un temporada que había confirmado que la dieta sin gluten había sanado una carrocería que le había dado muchos problemas en el pasado. Tantos que se tuvo que retirar lesionado de las finales de 2016 y 2018. El nuevo dibujo a principios de curso de Ancelotti, con más protagonismo para los laterales, también le había ayudado. Hasta su coronación en Wembley.
Atrapado el laurel, fue el momento de la despedida definitiva de Toni Kroos, que se marchó levantando los brazos frente al fondo madridista. El alemán se va con seis Copas de Europa, como Carvajal. La última, obra del zaguero.
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