_
_
_
_
Entrevista:

J. M. BENÍTEZ ARIZA ESCRITOR "La poesía debe cultivarse, no basta con esperar a las musas"

Autor de cuatro libros de poemas, Benítez Ariza (Cádiz, 1936) está considerado el mejor heredero de la tradición literaria anglosajona en España. Ha traducido a Kipling y a Conrad y editado una novela, La raya de tiza. En el relato corto cuenta en su haber con títulos como La sonrisa del diablo y El hombre del velador. Recientemente, ha reunido sus artículos sobre cine en el volumen La vida imaginaria. Pregunta. ¿A qué se debe la proliferación de Cine para leer? Respuesta. Es cierto que están editándose anuarios, biografías de actores y directores... En mi caso, predomina la postura del articulista -que escribe sobre cine como podría hacerlo sobre libros o viajes-, por encima de la del cinéfilo. P. ¿Huye de la etiqueta de crítico? R. Sí, como de la palabra cinéfilo, que suena a bibliófilo: el que ama el libro, pero no lo que dice el libro. El cinéfilo ama el dato, la anécdota, la rareza, pero quizá no ame del todo lo que es el cine. P. ¿Por qué La vida imaginaria? R. El cine es vida imaginaria, y probablemente todas nuestras vidas también lo sean, en gran medida. Lo que uno hace al enfrentarse al cine o a un libro es comparar dos mundos imaginarios: el interior, el de uno mismo, con la fantasía que te ponen por delante. P. No puede decirse que su literatura sea especialmente cinematográfica... R. Tampoco lo son mis artículos sobre cine. El cine se me impuso como tema cuando escribía para un periódico, pero nunca me he sentido especialista en ello. El trabajo sí me ha obligado a sistematizar mis conocimientos y a cubrir ciertas lagunas. Pero seguramente, las cosas que digo en este artículo son las mismas que trato de expresar en mis poemas, en mis cuentos. P. ¿Qué aporta la tradición anglosajona a la literatura española actual? R. Creo que es bueno para el lector en general darse un chapuzón de vez en cuando en una tradición distinta a la suya. Esta influencia ha sido benéfica en muchas ocasiones. El modernismo, sin ese baño de afrancesamiento, no habría sido lo que fue. A mí me ha venido bien jugar con ambos registros, hasta el punto de sentirlas como propia. La literatura española siempre se ha dicho que es realista, cosa cierta sólo en parte. Contra el anquilosamiento, se necesita aire fresco y yo lo encontré en la literatura inglesa: los románticos, Byron... P. Quien domina la poesía ¿puede atreverse con cualquier género? R. Viene bien alternar géneros, como disciplina de escritor. También la poesía, que se debe cultivar con asiduidad, no basta con esperar a las musas. Es una idea anglosajona, ésa de que en la poesía están las virtudes de la buena prosa. Para mí, la escritura es un hábito sano, una manera de respirar, de pensar y de vivir, y eso me obliga a abrir el abanico.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_