_
_
_
_
_

Los cambios estadísticos en el PIB hacen aflorar tres billones de economía no registrada

El nuevo sistema para medir la actividad de la economía española ha sacado a la luz tres billones de pesetas antes no contabilizados. Este hecho responde a los cambios metodológicos y estadísticos de la contabilidad nacional que recogen, en parte, la economía sumergida y otras actividades antes insuficientemente consideradas (alquileres, transporte marítimo, instituciones sin fines de lucro, servicio doméstico o fondos de pensiones). Los cambios se han aplicado este año en todos los países de la UE, pese a lo cual no se tendrán en cuenta para el cálculo de su contribución al presupuesto comunitario.

Los institutos de estadística de la UE tienen trabajo doble. Por una parte, elaboran sus datos de crecimiento económico en base a la nueva contabilidad (SEC-95), pero deben también hacer los cálculos con el sistema anterior (SEC-79). La diferencia entre uno y otro para España es que en el año base (1995) la economía generó tres billones de pesetas antes no contabilizados, cantidad que se arrastra en los ejercicios siguientes. La razón de esa doble contabilidad es el pacto que alcanzaron los países de la UE durante las negociaciones de la llamada Agenda 2000 (la financiación de la UE). En todos los países, el nuevo cálculo supone aumentar el volumen del PIB (producto interior bruto), lo que hubiera llevado, especialmente a los más ricos, a multiplicar su aportación al presupuesto comunitario.

Por este motivo, la contribución se fija de acuerdo a la antigua contabilidad nacional, hasta que se apruebe una nueva directiva sobre recursos propios. España, por ejemplo, deberá entregar antes del próximo 1 de octubre a Bruselas su cálculo del PNB para el periodo 1988-1998, con el SEC-79 (antiguo sistema), pese a haber ya revisado sus cifras con el SEC-95 (nuevo sistema).

La razón de este importante aumento del PIB en el caso de España (supone un 4,4% de incremento en el año de partida, 1995) es que se han introducido cambios, tanto estadísticos como conceptuales, en la elaboración de la contabilidad nacional (ver información en página siguiente). Esto ha supuesto que el consumo se ha revalorizado un 3%; la inversión, un 10,3%, y las importaciones, un 0,8%, mientras que las exportaciones han perdido un 0,8%.

Los cambios estadísticos han hecho aflorar casi dos billones de pesetas en el PIB del año 1995, mientras que el billón restante responde a cambios en los conceptos. De esos dos billones, parte corresponde a la economía sumergida, para lo que se ha utilizado sobre todo la variable empleo.

Otra parte recoge actividades que antes no se registraban o lo eran de forma insuficiente: producción y utilización de los servicios de alquileres reales e imputados, enseñanza y sanidad privadas, transporte marítimo, instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares, servicio doméstico o fondos de pensiones.

Los cambios de concepto (el otro billón de pesetas) responde sobre todo a una nueva definición del concepto formación bruta de capital (inversión privada). Por ejemplo, se ha considerado como tal las adquisiciones de software informático, las prospecciones mineras y petroleras y las compras de originales artísticos o literarios. En el consumo privado el principal cambio es que ahora se considera también lo que el ciudadano recibe por determinados servicios públicos como la sanidad o la educación.

Ha cambiado también la presentación de la contabilidad nacional trimestral, que ahora se desdobla en dos conceptos: en términos brutos y en ciclotendencia. Los resultados son diferentes, ya que, por ejemplo, en el primer trimestre del año la economía española habría crecido un 3,3% en términos brutos y un 3,6% en ciclotendencia.

Cálculos favorables

La diferencia reside en si una vez obtenidos los datos se corrigen o no de acuerdo a cuatro factores. Éstos son las oscilaciones erráticas por subidas o bajadas mensuales (dientes de sierra o ruido blanco), la estacionalidad, el efecto ciclo de la economía o su evolución a largo plazo y las oscilaciones más cortas (tres o cuatro años) que se producen en esos ciclos. Hasta ahora, la contabilidad nacional trimestral se proporcionaba en términos de ciclotendencia; es decir, tenía en cuenta estos dos últimos factores (tendencia y ciclo) y eliminaba la estacionalidad y la erraticidad.

Este dato se sigue publicando, pero al mismo tiempo se realiza el cálculo en términos brutos, que no elimina los cuatro factores (tendencia, ciclo, erraticidad y estacionalidad). Mientras el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Ministerio de Economía han incidido en el dato de ciclotendencia, más favorable, otros expertos consultados consideran que el dato "más real" es el bruto.

A efectos de la presentación de estas cuentas ante Bruselas, la exigencia es que se calculen en términos brutos. En Alemania, por ejemplo, los resultados de la contabilidad nacional se presentan por el Gobierno en términos brutos y es el Bundesbank (el banco central) quien los corrige y los publica en ciclotendencia.

Para España, los datos brutos dan mayores oscilaciones en el PIB: el 4,4% en el primer trimestre de 1998, el 3,7% en el segundo, el 4,5% en el tercero, el 3,4% en el cuarto y el 3,3% en el primero de 1999. En ciclotendencia se eliminan esos saltos de forma que el PIB cae a un ritmo entre una y dos décimas de forma constante: desde el 4,2% del primer trimestre de 1998 hasta el 3,6% del primer trimestre de 1999.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_