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FÚTBOL 38ª y última jornada de Liga

El Valladolid aguó la fiesta al Racing

La afición cántabra celebró la permanencia de su equipo a pesar de la derrota

El Valladolid aguó al Racing la fiesta de la permanencia en Primea División. Dos goles de bonita ejecución de Caminero y Turiel dejaron en evidencia la nula capacidad de respuesta del cuadro cántabro. Indolente, falto de concentración en defensa y romo en ataque, el Racing cayó ante el mayor orden, la sobriedad y el oportunismo del Valladolid, que tuvo en Víctor al referente de todo su fútbol. Fue un líder con todas las de la ley que se echó el equipo a sus espaldas. El Racing no fue capaz de romper el ritmo que le impuso su rival. Sólo al final de la primera mitad, se rebeló contra su sino y llegó a tener al Valladolid contra las cuerdas, pero los remates a bocajarro de Víctor, Salva y Munitis se estrellaron contra la barrera defensiva del Valladolid.

RACING 0

VALLADOLID 2Racing: Ceballos; Mellberg, Txema, Neru (Pablo Casar, m. 46); Víctor (Bestchastnyk, m. 46), Shustikov, Ismael, Sietes (Txomin, m. 80); Amavisca; Salva y Munitis. Valladolid: César; Julio Santos, Santamaría, García Calvo, Orlando; Caminero (Emilio, m. 87), Turiel, Vizcaíno, Chema; Víctor (Dutruel, m. 87) y Peternac (Alberto, m. 81). Goles: 0-1. M. 18. Caminero, sin oposición, tras un saque de falta. 0-2. M. 25. Turiel, a pase de Caminero, bate a Ceballos desde la banda derecha. Árbitro: Iturralde González. Amonestó a Orlando, Salva, Julio Santos e Ismael. Unos 18.000 espectadores en El Sardinero.

El técnico uruguayo Benítez intentó cambiar la suerte de su equipo en el segundo tiempo, dio entrada al internacional sub 21 Pablo Casar, intentó dar vida a las bandas, intercambiando las posiciones de Munitis y de Amavisca, pero todo resultó inútil. No era el día del Racing. Sus jugadores no acertaron a jugar un partido de puro trámite, donde ganar o perder era lo de menos. Por el contrario, el Valladolid supo adaptarse mejor a las características de un partido de guante blanco. Al final, la pena fue para el Racing y la gloria para el Valladolid. La afición racinguista se sobrepuso al resultado y al término del encuentro vitoreó y aplaudió a su equipo, no por el juego realizado, sino por el hecho de haber conseguido mantenerse en Primera División por sexto año consecutivo.

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