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ELECCIONES 13-J Autonómicas

Almeida advierte a Ruiz-Gallardón: "Cree que va a barrer, pero le tocará barrer en su casa"

La candidata de PSOE-Progresistas alaba la "mirada de gran angular" de la mujer política

Lo dice Mestisay en una canción: "Ya la alegría sale al balcón". Y Cristina Almeida, candidata de PSOE-Progresistas a la Comunidad de Madrid, bailó ayer esta pieza y luego se agarró al estribillo para reivindicar su condición de mujer que seguirá "siendo divertida y simpática a partir del día 14, cuando toque gobernar". Almeida consagró su discurso de ayer a desbaratar la "imagen de eficacia de Ruiz-Gallardón", para el que auguró un futuro con más tiempo libre: "Cree que va a barrer [por las encuestas], y no está mal que comparta las tareas familiares y le toque barrer en su casa".

La cita era en Conde de Barajas, en pleno centro madrileño. Cristina Almeida y las mujeres mejor situadas en las listas de la coalición al Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid disertaron durante dos horas sobre la valía de las féminas para los cargos públicos. "Nosotras no estaríamos aquí si no fuera por esos personajes que ya forman parte de nuestro imaginario colectivo", proclamó la número siete en la candidatura municipal, Isabel Vilallonga, y citó a "Federica Montseny, Clara Campoamor, Maruja Mallo, Dolores Ibárruri...". La ovación del medio millar de simpatizantes -la mayoría absoluta, como corresponde, con nombre de mujer- interrumpió la enumeración como si las bases estuvieran dispuestas a cicatrizar de una vez por todas, ahora que buena falta hace, las eternas heridas entre todas las izquierdas que en el mundo son.Las encuestas de estos días, que auguran una holgada victoria del PP, ocuparon una buena parte de las intervenciones. La número dos en la lista municipal, Cristina Narbona, interpeló a los asistentes: "¿Alguien de vosotros ha respondido acaso en alguna de esas encuestas?". Y como la plaza contestó con un no cerrado, ella continuó: "Esas encuestas se las hacen a los otros, a los del otro bando. No os creáis la del CIS ni la que publicará mañana [por hoy] EL PAÍS".

Almeida lidió también el toro de los pronósticos electorales para fustigar al candidato del PP, Alberto Ruiz-Gallardón, sobre el que centra una gran parte de sus invectivas.

"Que barra, que barra, que desde mi Gobierno vamos a intentar que se compartan las tareas domésticas en el seno familiar", proclamó, entre las risas cómplices del auditorio.

Para entonces ya curioseaban algunos de los habituales de la plaza, ese lumpen que apura el tetrabrik de tintorro para después acercarse a la candidata, soltarle dos besos y piropearla con un "Cristina, guapa, de ésta yo te voto".

Revolcón en el debate

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Cristina no escatimó besos, bailes ni consignas, por más que a estas alturas la campaña ya le pasa factura en la garganta. La culpa de esto último, por cierto, también la tiene, según la candidata, Ruiz-Gallardón, al que le ha faltado valor para enfrentarse al "previsible revolcón" de un debate electoral "en una televisión pública que pagamos todos y sólo utilizan ellos". "Yo perderé la voz, pero, puesto que no me dejan debatir en la tele, no dejaré de contar estas cosas en todas las plazas", se comprometió la candidata.Una vez reconquistado el poder regional, el nuevo estilo de una presidenta (así, en femenino) se notará desde el primer día. Para el 14-J, Almeida se comprometió a abrir la puerta central del edificio de Sol (la Real Casa de Correos, sede la presidencia regional), que ahora sólo franquean unos pocos. "Las mujeres aportaremos una mirada distinta, una mirada de sensatez. Ya no somos floreros, y es de justicia que participemos en todas las decisiones políticas, económicas y sociales. Nosotras aportamos a la política la mirada de un gran angular", remachó.

También ayer la agencia Efe difundió una entrevista con Cristina Almeida, en la que la candidata reivindica "el espíritu de unidad e ilusión de la izquierda en 1979" y promete "no ser obstáculo para ningún pacto poselectoral con IU". Además asegura que estará donde la coloquen los ciudadanos, "gobernando o ejerciendo la oposición durante cuatro años, porque yo no vengo a poner una guinda en las elecciones". Almeida concluye con un sueño: "Un espacio de multiculturalidad al estilo del Centro Pompidou de París".

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