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Reportaje:

Crecer sin perder la personalidad

Para muchos de los jóvenes que tienen entre 15 y 35 años el principal producto de Salvatierra ha sido un grupo de punk-rock imprescindible en la historia musical del País Vasco: La Polla Records. Pero esta villa alavesa, enclave fundamental en los accesos de Álava a Navarra y Guipúzcoa (no en vano es una de las paradas principales de la N-I), es una localidad eminentemente industrial que intenta compaginar esta floreciente actividad económica con el respeto y cuidado a su casco histórico. Salvatierra (la cuarta población alavesa, con 4.500 habitantes de hecho), está gobernada por Eusko Alkartasuna desde que hace doce años Iñaki Beraza alcanzó la alcaldía. En esta última legislatura, con seis concejales, frente a los dos que tenían PSE-EE y HB, y uno, el PNV. A pesar de esta mayoría aplastante, Salvatierra no ha vivido las tensiones que se han registrado en otras localidades entre los dos partidos nacionalistas moderados: la gestión de Beraza está bien valorada por la oposición, que posiblemente tendrá que resignarse a serlo por otros cuatro años más, ya que en esta localidad sí se ha alcanzado una lista conjunta entre EA y el PNV. Las cosechas El 97% de la actividad económica de Salvatierra gira alrededor de la industria y la construcción, como confirma Ana López de Lacalle, de la oficina de la Cuadrilla de Salvatierra. Y es que desde principios de siglo, con aquellas fábricas textiles, Salvatierra ha sido el centro industrial de la comarca. Pero también hay una preocupación por la agricultura. "Hay que tener en cuenta que los barrios de Opakua, Alangua, Arrizala y Egileor, y otros municipios de la Llanada, se dedican a la agricultura y sus preocupaciones con la cosecha son también las nuestras", apunta Iñaki Beraza. Uno de los problemas a los que se enfrentaba Salvatierra hace cuatro años parece resuelto: no sólo se han construido viviendas para los vecinos que las solicitaban, sino que está acudiendo a la localidad gente de Vitoria en busca de un piso, ante la carestía de las casas en la capital alavesa. La superación de los clásicos retos en infraestructuras industriales, deportivas o culturales va por buen camino en Salvatierra: en la última legislatura se ha dispuesto de medio millón de metros cuadrados en terrenos destinado a las empresas (la última en instalarse, un centro logístico de Eroski), de piscinas climatizadas o de un centro multiusos con un presupuesto de 350 millones, "la obra más grande que se ha hecho en Salvatierra en los últimos 50 años", asegura el alcalde. Pero la puerta de la Llanada se enfrenta a un problema añadido a los del resto de las localidades similares: un casco histórico monumental que hay que restaurar. "Ésta seguirá siendo una asignatura pendiente durante años. Todavía queda por rehabilitar la mitad de las murallas, y otros edificios monumentales que conforman la personalidad de Salvatierra", señala Iñaki Beraza.

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