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Cuando la popularidad se convierte en un "handicap"

"La excesiva popularidad es un handicap para la empresa", explica Juan Lladró. Las figuras de la firma cerámica valenciana se han convertido en objeto de deseo para mucha gente, tanta que la exclusividad que requieren algunos de los compradores de Lladró es complicada, por lo que la única vía de que dispone la empresa para satisfacer esta demanda es hacer series limitadas. "No se pueden hacer obras exclusivas. Algún cliente nos ha pedido una pieza única, pero cuando se ha enterado de lo que cuesta, unos 40 o 50 millones de pesetas, ha renunciado", señala. La gama de precios de las figuras de Lladró oscila entre las 3.300 pesetas las más sencillas y los 2.800.000 que cuestan algunos de los conjuntos más elaborados. Lo más llamativo del proceso de producción es el control que los hermanos tienen sobre el mismo. "Hay cosas que se hacen tal y como las hacíamos nosotros", señala Juan Lladró que pone por ejemplo los colores. "En algunos casos tenemos que intervenir nosotros [los hermanos] en el proceso de producción. Si por rutina se produce un atasco, vuelves a cogerlo. Por ejemplo, si un color pierde su tonalidad inicial se vuelve al inicio: "Esto lo conseguimos por esta y esta razón", y vamos a la base para volverlo a conseguir. Ha habido cosas que después de 30 años haciéndolas ha sido necesario volver al origen para recuperar la fórmula original, que no estaba escrita sino que recordabas como la conseguiste", explica Juan Lladró. Para el presidente de la compañía, la base artística del éxito de la firma es haber hecho las cosas lo mejor posible para que fueran fáciles. "Errores ha habido muchos, pero hemos ido adelante", señala Juan Lladró. Y matiza: "El procedimiento que nosotros seguimos dicen los libros que no es aconsejable, porque provoca muchos problemas. ¿Qué hemos hecho nosotros? Dominar los problemas, mandar nosotros. Es una base artística, porque hemos estudiado y tenemos una base artística y del color, y sabemos cuando una figura está bien modelada, cuando se puede hacer en porcelana". La producción de las figuras de Lladró es artesanal. La visita a la factoría de Tavernes Blanques da fe de ello. Desde el diseño inicial de la figura, hasta la realización de los moldes, la unión de las diferentes piezas y el pintado se hace a mano. La mayoría del proceso lo realizan mujeres, que son la mayoría de la plantilla.

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