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Abbadie y Polidor

En la nómina de los vascos vinculados con la industria de Hollywood destacan por encima de todos dos labortanos: Polidor y Henri D"Abbadie. El primero, nacido en Bayona en 1887, pasó de su trabajo en el circo a debutar en el cine con el papel de Tontolini, en cortos de 158 metros. Al de unos años recuperó su sobrenombre circense para protagonizar numerosas comedias francesas e italianas. Pero fue Fellini quien le ayudó a dar el verdadero salto a la fama cuando le contrató para trabajar en Las noches de Cabiria. A partir de entonces, se forjaría un puesto imprescindible dentro de los secundarios del cine italiano como demuestran La dolce vita y Ocho y medio de Fellini o Acattone de Pasolini. Sin embargo, fue Henri D"Abbadie el único que logró entrar en el grupo de los elegidos por Hollywood para dirigir películas. Nacido en Buenos Aires en 1897, pronto acudió a la mansión familiar de Hendaya, la que había levantado su antepasado, el barón D"Abbadie, uno de los impulsores de los estudios del euskera. La estancia en este peculiar castillo duró poco tiempo. Cuando tenía 25 años comenzó a trabajar como ayudante de Charles Chaplin (La quimera del oro), quien le introdujo en el ambiente hollywoodense.

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Los pioneros del cine vasco
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