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Por los andaluces

A 19 años del "primer febrero", Andalucía está en el camino, pero ni se conforma, ni se acomoda a lo obtenido, por más que mirando atrás parezca mucho. Ahora necesita poner en práctica sus sueños, que no son distintos ni mejores que los de cualquier otro pueblo, pero vienen desde más lejos precisamente por haber estado largo tiempo insatisfechos. Andalucía se ha celebrado en su capacidad de ilusión cuando ha recordado los acontecimientos de hace 19 años. Y se ha mostrado opinando y dejando dicho que el futuro está en las manos de su gente, que la democracia es una fe practicada y con la que cada andaluz piensa decidir sobre la vida, sobre lo que tiene que pasar y lo que tienen que hacer aquellos a los que decida darles las riendas del poder, para ir transformando la realidad de manera que Andalucía se parezca cada día más a su ideal. Estos días de celebración han sido también de toma de temperatura. Para este periódico la tomó Demoscopia y según lo recogido, los andaluces avisan de que aquí nadie es dueño del futuro por más que pueda parecerlo, ni siquiera del presente. Los andaluces vigilan y decidirán en consecuencia. Quien hoy gobierna tiene que ganarse cada día gobernar mañana. La encuesta avisa. Si alguien ha estado en algún momento convencido de que Andalucía es suya ya sabe después de las encuestas, que Andalucía es de los andaluces y ellos deciden y nada está nunca hecho cuando el gobernar o dejar de hacerlo depende de los ciudadanos. Pero no sólo: depende también, y fundamentalmente, de que las cosas se hagan de tal manera que los ciudadanos no tengan más remedio que pensar que nadie lo haría mejor. Hacerlo bien es tomar las decisiones que mejoren la vida de la gente. Estas decisiones a veces se toman sin preguntar y en otras la clave del éxito está en lo contrario, que es negociar. Desde Andalucía se ha estado en la estrategia de "Gobierno contra Gobierno". Desde Madrid, exactamente en la misma. Pero Andalucía necesita actuar con prudencia y habilidad para conseguir los fines previstos. Es el momento de demostrar que se es hábil y se es prudente. Sin renunciar a los principios. Por los Andaluces.MARÍA ESPERANZA SÁNCHEZ

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