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Los ecologistas se rebelan contra dos nuevas centrales térmicas en Navarra

Ecologistas en Acción y Greenpeace creen que los proyectos de instalación de dos centrales térmicas en la localidad navarra de Castejón vulneran "claramente" los objetivos del Plan Energético de Navarra aprobado en 1996 por el Parlamento de esta comunidad, y en el que se apostó por una paulatina reducción de las emisiones contaminantes a la atmósfera y la disminución de la dependencia energética externa. Ambos proyectos, según los ecologistas, provocarán efectos "graves e irrecuperables" en el río Ebro.

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Gas y ciclo combinado

Los ecologistas creen que los 44,2 millones de litros de agua que cada hora se utilizarán con el objetivo de refrigerar las instalaciones fabriles en los periodos de estiaje pueden llegar a ser devueltas al cauce del Ebro hasta 3,7º grados centígrados más calientes, es decir, 0,7º grados por encima del valor máximo permitido. Las principales asociaciones medioambientales de Navarra han advertido sobre los perjuicios que para el desarrollo de las energías renovables, eólica e hidráulica, supondrá la puesta en marcha de ambas plantas de generación eléctrica de ciclo combinado con gas y critican que éstas, impulsadas por Iberdrola y la empresa asturiana Hidrocantábrico, "no responden a ninguna necesidad de Navarra en materia energética" sino que son fruto "del desmadre derivado de la liberalización del sector eléctrico que lleva a la irracionalidad total". Las sugerencias presentadas por Ecologistas en Acción y Greenpeace ante la directora general de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente, Dolores Carrillo, en julio de 1998 no han sido ni siquiera contestadas por el organismo público, pero, a tenor del avanzado estado de instalación de ambos procesos, han caído en saco roto. A pesar de ello, las sugerencias se convertirán ahora en alegaciones para intentar evitar la construcción de dos proyectos que, según la asociación ecologísta Landazuria, pondrían al borde de la desaparición "uno de los tramos fluviales de mayor valor natural de Europa en bosques de ribera y sotos" que el Ayuntamiento de Tudela y el propio Gobierno de Navarra tenían previsto proteger legalmente con la constitución de un parque fluvial. De entrada, los ecologistas critican que ambas centrales han presentado estudios de impacto ambiental individuales y, por tanto, con datos "falsos" porque sus verdaderos impactos "se multiplican" al estar anexa una a la otra. Por ello exigen un estudio integral que evalúe en conjunto la incidencia medioambiental. Las memorias de ambos proyectos olvidan que el Plan Energético de Navarra tiene en marcha cuatro parques eólicos en la zona (Cabanillas, Montes de Cierzo, Bardenas y Caparroso) así como varias minicentrales hidroeléctricas (Tudela, Caparroso, Mélida, Bardenas, etc) y, en definitiva, según los alegantes, dejan el diseño energético en manos de las compañías eléctricas y sometido a "intereses meramente económicos".

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