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Mucho más que un dolor de cabeza

Por su intensidad y duración (de 4 a 72 horas), por la variedad de síntomas acompañantes (vómitos, fotofobia, náuseas, visión doble, etcétera), por la presencia de factores desencadenantes (menstruación, cambios atmosféricos, algunos alimentos, etcétera) y por la incapacidad que provoca, la migraña es mucho más que un dolor de cabeza."Cuando vi a mi primer paciente afectado de migraña, pensé que este trastorno era ni más ni menos que un tipo más de dolor de cabeza. A medida que visitaba más pacientes, se me hizo notorio que el dolor de cabeza no era en ningún caso el único rasgo de la migraña, y más tarde comprendí que ni siquiera era un rasgo necesario en todas las migrañas", dice muy ilustrativamente en el prólogo de su libro Migraña el neurólogo y escritor británico Oliver Sacks. Ciertamente, ni todos los dolores de cabeza fuertes son jaquecas ni todas las jaquecas cursan con dolor de cabeza.

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La palabra migraña remite etimológicamente a hemicrania (medio cráneo), porque a menudo sólo duele una parte de la cabeza. Con mucha frecuencia el dolor es incisivo en la parte posterior del ojo. Sin embargo, para caracterizarla es más adecuado hablar de la constelación de fenómenos físicos y emocionales que se produce o, como apunta el neurólogo Miguel Balcells, de una auténtica "meningitis química".

Hay diversos tipos de migraña, pero las más habituales son la clásica, en la que el inminente dolor de cabeza se anuncia por un aura (fenómenos visuales, prostración...), y la común, en la que dolor de cabeza, vómitos y otros síntomas surgen de improviso.

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