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Entrevista:

CAMPILLO Y ARTOLACHIPI FOTÓGRAFOS ACUÁTICOS "El mar es un gran basurero, pero los peces no saben llorar"

Manuel Campillo (Beni-Sak, Argelia, 1947) y Aurelia Artolachipi (Melilla, 1946) forman un equipo implacable, en lo emocional y en lo deportivo. Los 37 años que el matrimonio lleva buceando todos los mares del planeta han convertido a la pareja en un referente obligado para quienes quieran hacer memoria marina, además de haberles reportado ser campeones regionales, finalistas mundiales y medalla de oro en distintas actividades subacuáticas. Lo han visto casi todo, lo bueno y lo malo. Poseen un archivo fotográfico de unas 2.500 especies sólo del Mediterráneo, privilegio que comparten con la "impotencia" de haber sido testigos de la degradación constante de las profundidades marinas en las tres últimas décadas. Aurelia, modelo bajo el agua para su marido y también "bióloga aficionada" que hace las veces de archivadora, y Manuel, fotógrafo paciente que confiesa haber llorado a los peces para que permanezcan quietos "un instante", muestran incomprensión por las constantes "barbaridades" que el hombre acomete contra la gran fuente de vida: el océano. Pregunta. ¿Qué se aprende ahí abajo, donde todo es silencio? M. C. Muchas cosas del mundo animal. La primera de todas que sólo matan para comer. El submarinismo es un deporte apasionante y reporta muchas satisfacciones. Disfrutas pensando en un viaje a un mar determinado, disfrutas en ese mar haciendo las fotos y luego vuelves a gozar viendo esas fotos, revelando los negativos y haciendo una selección de los mejores. P. Sabrán mucho de biología... A. A. Bueno, a raíz del auge de la fotografía submarina, los biólogos están teniendo una nueva fuente de información. Y el nivel español es francamente bueno. Sé más de biología marina que muchos biólogos. P. ¿Hay diferencia entre los fondos marinos actuales y los de hace 37 años? M. C. Una diferencia que asusta. Nosotros solemos bucear en la costa granadina, en La Herradura. En sólo 10 años que llevamos en la zona hemos visto un deterioro horrible. Aquello es un desierto en especies como el pulpo, morena o mero. Buceamos allí sólo para hacer macrofotografía. Con una vigilancia adecuada la repoblación sería rápida, y sin necesidad de reintroducir ninguna especie. Se regenerarían por sí solas. P. ¿Y en cuanto a limpieza? M. C. El mar es un gran basurero, pero siempre decimos que los peces no saben llorar, no pueden quejarse. Tú tiras una lavadora al campo y al fin y al cabo la ves. En el mar no. Allí hay lavadoras, coches, bicicletas, etcétera, y no lo ve nadie. Todo eso, sin contar los productos químicos que se vierten.

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