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FÚTBOL. 20ª JORNADA DE LIGA

El Tenerife se mantiene en el túnel

El empate sin goles confirma la buena racha del Espanyol

Era el partido 400 del Tenerife en Primera División y la oportunidad, en caso de victoria, de alejarse de los puestos de promoción. Sin embargo, un nuevo empate, en este caso ante el Espanyol, mantiene al conjunto canario en la parte baja de la tabla y sin ver la luz del final del túnel. La primera mitad transcurrió en términos de equilibrio, aunque el dominio territorial lo ejerció en muchos momentos el equipo visitante. El grupo de Brindisi supo buscar el punto débil del Tenerife y le presionó con insistencia en la zona de creación donde, ante la ausencia de Jokanovic, ni Emerson ni Chano pudieron hacerse con el control del juego. Carlos Aimar había dejado en el banquillo al centrocampista serbio, recién recuperado de una lesión, y quizás se notaba su ausencia.

TENERIFE 0

ESPANYOL 0El empate sin goles confirma la buena racha del Espanyol Tenerife: Montoya; Llorente, Pablo Paz, Lussenhoff, Alexis; Chano, Emerson, Basavilbaso, Pinilla (Kodro, m. 78); Juanele y Pier. Espanyol: Toni; Cristóbal, Nando, Pochettino, Capdevila; Nan Ribera (Brnovic, m. 46), Iván Helguera, Arteaga (Galca, m. 69), Sergio; Benítez (Tamudo, m. 75) y Martín Posse. Árbitro: Japón Sevilla. Amonestó a Sergio, Tamudo y Chano. Estadio Heliodoro Rodríguez López. Unos 20.000 espectadores.

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El trabajo del Espanyol obligaba al Tenerife a jugar al pelotazo en busca de Pier. Esto era una ventaja para la defensa catalana que rápidamente se hacía una y otra vez con la posesión del balón. Ante esta circunstancia, los de Brindisi se fueron arriba en varias ocasiones aprovechando la velocidad y habilidad de Martín Posse y Benítez, aunque no fructificaron por la acertada actuación de Montoya.

El Tenerife sólo recuperó el tono cuando Juanele tomó el timón y empezó a enviar asistencias sin que tampoco hubiera acierto rematador. Con Makaay fuera de la convocatoria por decisión técnica de Aimar, Pier y Pinilla no encontraron puerta. El primero de ellos estuvo a punto de aprovechar un pase de la muerte de Juanele y Emerson envió al palo otra dejada del jugador asturiano que tuvo minutos brillantes.

De un tiempo a esta parte, Juanele merece un apartado especial. Su juego es el principal referente de calidad en el ataque tinerfeño y últimamente recuerda a aquel jugador que deslumbró en Europa cuando el Tenerife destacaba en la Copa de la UEFA con Heynckes en el banquillo.

En la reanudación, la disposición táctica de los equipos no varió sustancialmente, aunque el Espanyol quiso asegurar el aspecto defensivo y el Tenerife buscó más opciones atacantes. El portero Toni no tuvo que emplearse a fondo a pesar de que hubo varios acercamientos que a punto estuvieron de sorprenderlo. Pero la efectividad del Tenerife de cara al gol sigue en entredicho. Por contra, Montoya sí tuvo que esforzarse en varias ocasiones, recuperando así el crédito perdido a principio de temporada y respondiendo con creces a la confianza que le ha dado Aimar desde su llegada a la isla.

Otro hombre clave fue Alexis que a punto estuvo de anotar tras un saque de esquina y pocos minutos después salvó debajo de los palos un gol casi cantado del Espanyol.

Con las fuerzas limitadas y el juego bastante desordenado, los equipos llegaron al final casi conformándose con el empate. Un resultado que no clarifica ni mucho menos la situación del Tenerife y que confirma la buena racha de resultados del Espanyol de las últimas jornadas.

El resultado del choque es reflejo de dos estilos de ver el fútbol muy similares. Carlos Aimar y Miguel Ángel Brindisi tratan de sacar a sus equipos de una zona complicada a base, sobre todo, de disciplina táctica y fortaleza defensiva. Pochettino y Nando en el equipo catalán, y Pablo Paz y Lussenhoff en el canario conforman el núcleo central de dos conjuntos que quieren mantener a toda costa su portería a cero para, a partir de ahí, presionar y buscar con rapidez el marco rival. El duelo de ayer se saldó con empate a cero, un resultado propio del predominio de la pizarra y el ímpetu frente a la creatividad y el juego ofensivo.

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