La compañía Trama desafía al público a averiguar el final de "El túnel del amor" La comedia es un enredo amoroso pergeñado por Patxi Bilbao

Al espectador se le aconseja desde el comienzo casi ni pestañear. Perderse un segundo de El túnel del amor puede suponer no entender el enredo completo. Porque de eso se trata, de un lío con tres personajes que parecen diez. El dramaturgo Patxi Bilbao Zalbidea ha escrito esta comedia que se representará en el Getxo Antzokia los días 29 y 30 de enero, y también la ha dirigido. A sus órdenes se mueven en este barullo amoroso los actores Javier Campuzano y Aitor Gabiola (de la compañía Trama Teatro) y la actriz Maribel Salas.

Una voz en off lo advierte al comienzo de la representación: "Si vas al servicio o te agachas a abrocharte el cordón del zapato puedes perderte algo fundamental en la historia". Así es en El túnel del amor, un enredo tal que quienes están metidos en él desafían al público a que averiguen el final, completamente seguros de que ganarán la apuesta. "El espectador jamás podrá imaginarse como termina la obra", asegura Javier Campuzano, bilbaíno de 41 años. "A nosotros nos ha costado también averiguarlo", bromea Aitor Gabiola, de 31 años y también de Bilbao. Campuzano y Gabiola forman la compañía Trama Teatro que con esta obra se estrenan con un aforo de más de 400 personas. "Hasta ahora hemos hecho café-teatro. El túnel del amor tiene un formato medio, con algo más de una hora de duración", explica Campuzano. "Le encargamos una obra a Patxi Bilbao y fue él quien nos avisó de la conveniencia de un tercer personaje, una mujer y nos apeteció. A Maribel la conocíamos del mundillo", apunta el actor. Lenguaje directo Maribel Salas, baracaldesa de 33 años, acaba de rodar el último episodio de la serie de ETB Entre dos fuegos. "He hecho casi todo lo que ha escrito Patxi, de teatro y café-teatro. Lo último, la obra Tonto corazón, que se estrenó el año pasado en el teatro Ayala de Bilbao y que esperamos reponer en breve. Lo que más me gusta de él como autor es el lenguaje tan directo que utiliza y la manera que tiene de ganarse al público", cuenta Salas. "Escribe cosas muy de la calle", matiza Campuzano. "Para nosotros ahora mismo es el autor de café teatro que más llega al público", apostilla Gabiola. Los tres se presentarán ante el público que acuda al Getxo Antzokia en un escenario casi desnudo. "Apenas hay escenografía. Una mesa, un par de silla y poco más. La fuerza de la obra está en los actores y en el texto", indica Campuzano, que interpreta, en principio, al marido de la protagonista. "Pero no quiero desvelar la trama. Aparte de que sería imposible porque es un enredo dentro de otro enredo y ni yo sería capaz de explicarlo ni tú de entenderlo", asegura. La publicidad de El túnel del amor resume la historia así: "Una comedia en la que dos hombres y una mujer tratan de salir a flote en una situación que continuamente se hunde, se hunde, se hunde...". La única manera de saber quién es el marido, quién se enreda con quién y cómo termina todo es acudir a una de las dos próximas citas. La obra se representará de nuevo en febrero, los días 19 y 20, en Bilborock. La compañía Trama Teatro ha financiado la obra. "Habrá costado algo más de medio millón de pesetas. Sólo somos tres actores y el decorado es sencillo", comenta Campuzano. Él y Gabiola se enfrentan al estreno de su primera interpretación larga con relativa tranquilidad. "No estamos muy nerviosos porque el café-teatro es la mejor escuela. Casi da más miedo que esto. En un café tienes al público a medio metro de tu nariz, te pasan por delante como si no hubiera nadie en el escenario, la gente en las mesas está bebiendo y charlando, pasan de tí. Es muy duro e imprevisible. Tienes registrados una serie de golpes que sabes que hacen gracia, y de repente no se ríe nadie. En un teatro la gente paga y se sienta en una butaca. Hay un silencio", explica Campuzano. Los dos miembros de Trama Teatro se conocieron participando como concursantes en el desaparecido Esto no es Hollywood, de ETB-2. "Aitor era el que me tenía que ganar a mí", recuerda Javier Campuzano con una sonrisa. "Luego nos encontramos por la calle y fue cuando hablamos de hacer teatro juntos. Su último trabajo ha sido Cien años de perdón, una pieza de café-teatro que han paseado por bares de Vizcaya, Guipúzcoa, Álava, Logroño... Desde hace unos dos meses sólo viven para El túnel del amor.