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La pureza peligrosa

¡Despierta, Tocqueville, se han vuelto locos! Al observar el paté tico espectáculo que ofrece actualmente la democracia estadounidense, (...) el hombre que mejor ha hablado de ella no debe sentirse demasiado bien en su cielo. Definitivamente algo huele a podrido en el reino de la democracia. La obsesión americana por la verdad y la pureza se ha vuelto morbosa y pertenece al terreno del psicoanálisis. Incluso pone en peligro todo el sistema político. Después de que el informe del fiscal Starr nos haya ofrecido un curso de pornografía pura, Estados Unidos está a punto de inventar, con un elevado coste, un nuevo género: el proceso cerdo, y en directo por añadidura, con perjuicio para una gran mayoría, si creemos en los sondeos, a la que repugnan esas confesiones pero que sigue apoyando a su presidente. No importa. Allí también las llamadas élites se ríen de la vox populi. Tienen muchas cuentas que ajustar. Es así como EE UU ha entrado, desde hace ya algunos años, en la era del maccarthysmo por el ojo de la cerradura. No lloriquearemos por la suerte de Clinton, que cometió perjurio al declarar (...) que nunca había mantenido relaciones sexuales con Monica Lewinsky. Es una falta grave que debe ser castigada. Pero, allí donde un voto de censura del Congreso sería suficiente, la clase dirigente estadounidense ha preferido pagarse una sesión de terapia mediática que está a punto de desestabilizar por largo tiempo la función presidencial. (...)

, 8 de enero

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