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FÚTBOL LIGA DE CAMPEONES

Goles para un adiós cantado

El Barcelona queda eliminado de Europa tras un espectacular partido contra el Manchester United

Àngels Piñol

Vibrante, espectacular, a lo grande. Como en Old Trafford. Seis goles y tres por bando. Los Barça-Manchester empiezan a hacer historia. Siempre intensos, llenos de pasión, siempre alocados. Lástima que fuera para los azulgrana una especie de realidad virtual. Su esfuerzo fue en vano. Tuvo la victoria en la mano, acabó empatando y perdiendo sus escasas opciones para seguir con vida en Europa, al menos como mejor segundo, en el año del centenario. El grupo de Van Gaal pagó cara su raquítica defensa, pero compensó sus carencias con un generoso espectáculo.Fue una despedida agridulce. No quedaba más remedio que ganar para seguir soñando. El Camp Nou se había casi preparado para asistir al adiós de un equipo convulsionado y cerró la trayectoria en la Liga de Campeones con aplausos. Rivaldo rompió la libreta de Van Gaal y fue el motor. Quizá cansado de tanto mazazo, de tanta derrota, cargó con el equipo a sus espaldas, metió dos goles y devolvió por muchos momentos la ilusión. Le queda al menos al Barça ese consuelo: despedirse con la cabeza alta y un fútbol lleno.

BARCELONA 3

MANCHESTER U. 3Barcelona: Hesp; Celades, Okunowo, Reiziger, Sergi; Xavi, Giovanni; Rivaldo; Figo, Anderson y Zenden. Manchester United: Schmeichel; Brown, Stam, Gary Neville, Irwin; Beckham (Butt, m.81), Scholes, Keane, Blomqvist; Yorke y Cole. Goles: 1-0. 50 s. Jugada en la banda derecha que acaba con un centro de Giovanni, Irwin toca de cabeza, Anderson controla el rechace, recorta a Stamp y remata a gol. 1-1. M.25. Blomqvist profundiza desde la izquierda y Yorke remata raso y fuerte. 1-2. M. 53. Preciosa pared entre Cole y Yorke, que culmina el primero. 2-2. M.66. Libre directo que transforma Rivaldo ante la sopresa de Schmeichel. 2-3. M. 68. Keane abre para Beckham y su centro lo cabecea Yorke al primer palo. 3-3. M. 73. Centro de Sergi que controla Rivaldo con el pecho y, de espaldas a la portería, remata de chilena. Árbitro: G. Benko (Austria). Mostró la tarjeta amarilla a Blomqvist, Keane, Irwin, Scholes. 70.000 espectadores en el Camp Nou.

Europa sonrió por unos segundos al Barça. Anderson repitió su papel de Rey Midas. Acostumbrado a exprimir los minutos de la basura, balón que toca, balón que es gol. El brasileño aprovechó un centro de Figo a los 50 segundos, hizo un quiebro y batió a Schmeichel. El Barça volvía a tocar con fuerza la puerta europea. Los azulgrana se agrandaron y el Manchester se achantó. Olvidaron los complejos de su endeble defensa, de su disminuido banquillo, tocaron el balón y marearon al grupo de Fergusson. Xavi dirigió con sensatez al equipo, Rivaldo abrió el campo y Figo y Zenden crearon peligro.

El temprano gol pintó otro partido. El Manchester, situado con una firme defensa, se abrió en busca del empate y dejó espacios atrás. Fueron unos compases prometedores del Barça. Rivaldo empujaba al equipo, Giovanni robaba balones, Zenden parecía otro y Figo campaba como nunca por la banda. Pudo llegar entonces el segundo gol azulgrana, por obra de Anderson, pero Schmeichel la desbarató.

No había aparecido hasta ese momento el Manchester sobre el campo, pero su eficacia fue total. El guión parecía estar escrito. El Barça paga con oro cualquier error de su improvisada defensa. Celades perdió un balón en la medular a pies de Blomqvist, que dio una asistencia precisa a Yorke para que, zafándose del marcaje de Okunowo, superara a Hesp. El empate descolocó al Barça. Yorke y Cole, los dos delanteros de los diablos rojos, sacaron los colores a la zaga. Fueron momentos de imprecisión, pero los azulgrana nunca perdieron la fe. Anderson tuvo el gol en sus botas y el público rabió después de que el árbitro perdonara a Blomqvist la expulsión.

El partido se engrandeció tras el descanso. Cole lanzó un jarro de agua fría en el Camp Nou con un segundo gol, pero el Barça no se amilanó. Con orgullo, esperando no reeditar la pesadilla del día del Bayern, se fue de cabeza al ataque con ganas de remontar. Rivaldo tomó el grupo y levantó el estadio. Fue un toma y daca en 13 minutos. Momentos para ver lo mejor y lo peor de los azulgrana. El brasileño empató de un sensacional disparo y Beckham lanzó un centro preciso hacia Yorke que Hesp desvió a córner. La jugada se repitió segundos después, con los mismos protagonistas, y acabó en gol. Parecía algo definitivo hasta que Rivaldo, otra vez genial, empató.

Fueron, posiblemente, los momentos de mejor comunión entre el equipo y la grada de toda la temporada. El público coreó el nombre de Rivaldo, de Figo y animó hasta el último segundo. El Barça acorraló al Manchester dejando desguarnecido a Hesp, sometido a rápidos contraataques. Pero el empate ya no se movió. El Bayern ganaba al Brondy y el adiós estaba cantado, pero fue una despedida emotiva, diferente de la de hace un año. Van Gaal podrá agarrarse a eso. No quedan más cosas ya en Europa: ir a Dinamarca, el último día de turismo, y ver la final de la Copa de Europa en el Camp Nou desde el palco.

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