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Guardiola explica que la autogestión no significa desobediencia ni descrédito para el entrenador

Àngels Piñol

Pep Guardiola, capitán del Barça, afirmó ayer que la autogestión de un equipo no significa descrédito para el entrenador ni tampoco desobediencia. La situación de Louis Van Gaal, técnico azulgrana, es tan delicada que nadie se escandaliza cuando se habla en el vestuario del Camp Nou en esos términos. "Siempre hemos respetado las pautas de los entrenadores, pero es buenísimo para un equipo que los futbolistas se impliquen, que asuman un rol en el campo. Y que tres o cuatro jugadores intenten cambiar la dinámica de un partido cuando las cosas están difíciles", argumentó el centrocampista, quien aseguró que ya le falta poco para reaparecer.El propio Guardiola reunió el pasado lunes a sus compañeros en el césped para lanzar un mensaje de unidad del vestuario a la afición. El equipo medita, como alternativa al atasco que sufre, adquirir mayor protagonismo en la cancha. El Tenerife será mañana su primera prueba de fuego. El Barça perdió en seis días ante el Bayern -casi adiós a Europa-, en Oviedo -donde renunció al liderato- y ante el Helsinborgs, un amistoso en Almería. La directiva teme pañoladas. El vestuario sabe de sobra que la afición, que ha censurado con ira a Van Gaal, no perdonará otro traspié.

"¿Cree usted que resistiría la presión de una nueva derrota?", se le preguntó ayer a Van Gaal en directo en TVE1. "El equipo es lo más importante, y el público tiene que apoyar", dijo el holandés esquivando la pregunta. Van Gaal, que dijo tener mucha confianza en sí mismo, vive del apoyo explícito del presidente Núñez y ayer recalcó que también es importante el de los jugadores. Quizás ha reflexionado. No ha debido de sentar nada bien en el vestuario que Van Gaal se defendiera estos días diciendo que esperaba más de los fichajes y lamentase no tener un líder en el equipo. "Cuando ganamos 4-0 ante la Real nadie habló de eso", dijo ayer Rivaldo. "La lesión me ha impedido hacer de capitán", admitió Guardiola, "pero todos tenemos que implicarnos. Y si soy o no un líder tendré que demostrarlo en el campo. Sin mí, el año pasado se ganaron tres títulos, la Liga entre ellos. No creo que mi presencia sea tan decisiva".

Consciente de la trascendencia del partido, el equipo actuó ayer como una sola voz para pedir el apoyo del público. "Es ahora cuando podemos demostrar que somos fuertes y es cuando apetece más ser futbolista", dijo Guardiola. Y Rivaldo añadió: "Hay que levantar la cabeza. No estoy aquí sólo para las cosas buenas". El brasileño fue machacado ayer por Van Gaal en el ensayo, pues no paró de corregirle. "Hemos cometido fallos de personalidad", admitió Hesp. "Espero que los socios se comporten como un solo hombre. Tiene que haber unidad pero no tengo esa sensación. No es bueno que las personas hablen en los periódicos" (en referencia a las críticas de Cruyff). Van Gaal fue esta vez más diplomático: "Puede dar su opinión como socio. Como técnico él ha vivido estas situaciones y como socio tiene que apoyar. El equipo necesita el respaldo de todos".

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