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La Iglesia católica catalana ganó 361 millones de pesetas en 1997 mediante operaciones financieras

Las ocho diócesis catalanas obtuvieron el año pasado más de 361 millones de pesetas mediante operaciones financieras realizadas supuestamente con el dinero de las aportaciones de los feligreses, subvenciones públicas y privadas, y asignaciones tributarias. La diócesis que consiguió mejores resultados por la vía de la inversión fue la de Tarragona, con 101,5 millones de pesetas, seguida de la de Barcelona, con 94 millones. Pese a estas ganancias, representantes de la diócesis de Girona han advertido de que si los fieles no son más generosos, tendrán que vender patrimonio.

Rentabilizar las reservas estratégicas es una práctica generalizada en el episcopado catalán. De acuerdo con los datos facilitados por la Conferencia Episcopal Catalana, los ingresos financieros obtenidos durante 1997 por las diócesis de Barcelona -dirigida por el cardenal Ricard Maria Carles-, Girona, Lleida, Solsona, Tarragona - presidida por el arzobispo Lluís Martínez Sistach-, Tortosa, Urgell y Vic ascienden a 361.705.587 pesetas. Tarragona, Barcelona y Girona lideran la clasificación de dividendos, con 101,5, 94,4 y 52 millones de pesetas, respectivamente. Entre las tres diócesis leridanas obtuvieron 42,4 millones; la de Tortosa, 26,7, y la de Vic, 44. El responsable de las finanzas del obispado de Lleida, Antoni Ginestà, explicó durante la presentación de la Diada de Germanor, prevista para el próximo domingo, que el objetivo de estas inversiones es obtener un rendimiento de los fondos de reserva que tienen las diócesis. Ginestà reconoció que la mayor parte de esos fondos se suelen invertir en propuestas seguras, principalmente en operaciones a plazo fijo, en fondos de inversión de renta fija, variable o mixta, y en algunos casos también en operaciones bursátiles. Sin embargo, a pesar del rendimiento de estas operaciones, la financiación de la Iglesia catalana sigue dependiendo de las aportaciones de los feligreses y del Estado a través de la Conferencia Episcopal Española. La diócesis de Lleida, con una aportación anual por habitante de 1.800 pesetas -la mayor de Cataluña-, es la única de la provincia que cerró el pasado ejercicio con un superávit de 56 millones. Para autofinanciarse, la aportación debería ser de 4.000 pesetas. El conjunto de la Iglesia catalana acumula un déficit de 111 millones. Las tres diócesis de Lleida ingresaron en 1997 un total de 1.238 millones de pesetas -665 por aportación de fieles, 71 por rentas del patrimonio y 500 de la asignación tributaria y subvenciones- y sus gastos ascendieron a 1.205 millones. El dato más paradójico del capítulo de gastos está en el apartado denominado "comunión de bienes": sólo 92,5 millones de pesetas como aportaciones solidarias para acciones sociales. Por su parte, Rober Xifré, economista de la diócesis de Girona, ha advertido de que si los fieles no contribuyen más, dentro de unos años la Iglesia tendrá que empezar a vender su patrimonio. Xifré cree que si el 25% de los habitantes de la diócesis aportaran cada semana 150 pesetas, la recaudación sería de 1.123 millones, lo que permitiría a la Iglesia de Girona autofinanciarse y, además, obtener 150 millones para el mantenimiento del patrimonio.

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