Emoción

Esta carta, cargada de emoción, no tiene otro objetivo que el agradecer el que, fruto de la gestión y compromiso de los jueces García-Castellón y Garzón, se concretara en Londres el arresto de Augusto Pinochet, el sangriento dictador de mi país durante 17 años. La actitud valiente de personas como ellos hace que, entre tanta barbarie, recuperemos la confianza en quienes desde las estructuras de la justicia abogan por lo fundamental para los seres humanos, como son el derecho a la vida y la libertad. No sé si a futuro veremos concretada la extradición y juicio de Pinochet, es posible que ésta sea otra deseada sorpresa que veo casi irrealizable; pero a pesar de ello, les doy las gracias por su constancia y la de todos los que, como ellos, se sienten animados por el deseo de descubrir la verdad acerca de los españoles desaparecidos en Chile. Gracias por el consuelo que vuestra gestión tiene para los que en mi patria no volverán a ver a sus familiares y seres queridos. Les imagino, como imagino a mis amigos y compañeros de estudio desaparecidos por la bestialidad, esbozando una sonrisa al comprobar que el genocidio en latinoamércia no puede quedar impune.-