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Reportaje:

El trabajo del maestro

La típica imagen del encorbatado profesor que imparte su magistral lección ante silenciosos alumnos se ha quedado obsoleta. Ahora, los profesores no universitarios dejan de lado el academicismo y se las ingenian para mantener, aunque sólo sea por unos minutos, el interés de sus estudiantes. Y es que la labor de muchos maestros encargados de tratar con chicos conflictivos en sus aulas es en gran parte vocacional. Un estudio realizado el año pasado por la Fundación Encuentro reflejó que el 50% de los maestros (uno de cada dos) de colegios públicos y privados había sido testigo o víctima de violencia en sus lugares de trabajo. Teresa Esteban, del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza Secuandaria, asegura que las agresiones en los centros de enseñanza son muy comunes, "aunque éstas suelen ser más psíquicas que físicas", matiza.Pese a no estar cuantificados, muchos son los docentes que piden la baja temporal por problemas psicológicos relacionados con su trabajo. "Hay que apoyar a los profesores que se sienten desprotegidos. Conozco muchos casos de maestras a las que sus alumnos llamaban putas por no sentarse con las piernas bien cerradas. Los críos son, a veces, muy crueles y los docentes se frustran por no poder enseñar", señala Teresa.

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Tensión en las aulas

La violencia y agresividad mostrada por algunos niños de tan sólo 12 y 13 años es fruto del entorno en el que han crecido. Del mismo modo, el 40% de fracaso escolar registrado el año pasado se encuentra estrechamente vinculado con las relaciones familiares de estos chicos. En este sentido, Pedro Crespo, presidente de la Federación de Padres y Alumnos Giner de los Ríos (FAPA), asegura que detrás de un niño conflictivo siempre hay un problema social y familiar.

"Los chicos son la primera víctima de los conflictos sociales. De ahí que sean necesarios equipos psicopedagógicos, organizados por el Ayuntamiento, para que, trabajando en sus barrios, ayuden a los críos y a sus familias", recomienda. Para tratar a este tipo de niños conflictivos, los institutos disponen de programas especiales, denominados de ayuda compensatoria. Estos cursos reúnen a muchachos con problemas en aulas dirigidas por un profesorado acostumbrado a este tipo de educación.

En la actualidad no existe ningún programa especial para aleccionar a los docentes que se han de enfrentar con niños conflictivos ni primas especiales que incentiven su difícil tarea. Esto provoca que muchos profesores se sientan impotentes ante la actitud "pasota y pendenciera" de algunos estudiantes.

Antonino de Paz Abarca, subdirector territorial de Educación Madrid Centro, reconoce la falta de preparación especializada de algunos profesionales, pero advierte que "se han de respetar los turnos de espera de aquellos trabajadores interinos que aguardan ser destinados a algún centro".

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"De ahí que muchas veces tengamos que enviar profesorado que no está acostumbrado a este tipo de enseñanza", reconoce De Paz.

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