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LA SEGURIDAD EN LOS VIAJES MARÍTIMOS

Economía de temporada

Germán de Melo, decano de la Facultad de Náutica de la Universidad Politécnica de Catalunya y capitán de la Marina Mercante, es de la opinión que la tragedia del lago de Banyoles, el mayor estanque natural de España, servirá para introducir mejoras en los barcos dedicados al transporte turistas.

De Melo, un jovial y fortachón marino gaditano, como muchos de sus colegas, sostiene que este transporte de recreo, que se realiza en todo el litoral español, ha proliferado mucho. "En la navegación exclusivamente turística, lo más peligroso es que se cambia economía por seguridad. Las autoridades tendrían que vigilar más este tipo de embarcaciones, su maquinaria, sus equipos de seguridad y controlar las limitaciones de peso y de pasajeros", señala De Melo.

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Justo en el lado contrario de los profesionales de la mar se hallan los representantes de las empresas dedicadas a las rutas turísticas recreativas.

Carles Gibert, vicepresidente de la Asociación Catalana de Actividades Marítimas, la patronal del sector de la Costa Brava, asegura que, entre sus afiliados, no se han dado nunca casos de sobreocupación. "Cuando crece la demanda, se pone otro barco", sostiene.

Idéntica opinión tiene César Canales, representante de los armadores baleares. Las empresas de las islas ofrecen 12.000 plazas en barcos de rutas turísticas, lo que supone más de dos millones de viajes al año. "Piénsese que por cada pasajero de más que llevemos podemos ser multados con medio millón de pesetas. Una cantidad disuasoria. A ningún armador se le ocurriría lucrarse admitiendo más pasajeros de los debidos con estas multas".

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