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EL DEBATE TRAS LA TREGUA DE ETA

El PNV se ausenta en el primer debate parlamentario sobre la tregua

El PNV escenificó ayer un estruendoso portazo al primer debate parlamentario sobre la tregua de ETA en el Congreso de los Diputados. Una interpelación de IU para que el Gobierno y las fuerzas representantes de la soberanía nacional fijaran su posición respecto a este asunto contó, sorprendentemente, no sólo con el silencio sino con la ausencia de los cinco diputados nacionalistas vascos. La actitud del PNV parece, en principio, una manera clara de exteriorizar su posición en el sentido de que el conjunto de la soberanía nacional tiene poco que decir respecto a la tregua o, cuando menos, que el PNV entiende que éste no es el foro para discutir el problema.

Al debate asistieron poco más de 80 de los 348 diputados que integran la Cámara, y por parte del Gobierno sólo estuvieron presentes el ministro portavoz, Josep Piqué, y la titular de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre. La ministra de Agricultura, Loyola de Palacio, siguió la sesión durante un rato. Rosa Aguilar, portavoz de IU, que promovía el debate pidió, en síntesis, que se normalice la política penitenciaria con el acercamiento de los presos, que se dialogue sin excluir a nadie, que se busque el foro adecuado donde todos puedan dialogar, que se tomen medidas en favor de las víctimas del terrorismo y que no se sacralice la Constitución y se hagan esfuerzos, si son necesarios, para retocarla.

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Suspensión de actividades

Piqué, en nombre del Gobierno, sorprendió a la Cámara hablando repetidamente de "suspensión de actividades por parte de ETA". Incluso llegó a decir expresamente que le gustaba esa frase. Algo que más tarde le recriminó suavemente Aguilar, y con mucha más dureza el socialista Juan Alberto Belloch.Piqué repitió la doctrina del Gobierno en las últimas semanas. Quizá puntualizó con alguna mayor precisión que habrá generosidad por parte del Ejecutivo "para acompañar los avances que se vayan produciendo en el proceso de paz". Admitió que esa paz "parece alcanzable" y que "estamos ante una oportunidad histórica". Tanto insistió en la idea de paz que desde los bancos socialistas alguna voz contestó: "No estamos en guerra".

Piqué dedicó especial atención a las víctimas del terrorismo. Consideró necesaria una "reparación" y llegó a decir con mucho énfasis que "las víctimas son más importantes que los presos". También quiso aclarar que "el Estado español no tiene rehenes y no hay nada que cambiar" para garantizar que los presos de ETA no pueden tomarse como moneda de cambio en la negociación.

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Respecto a los cambios constitucionales, el ministro fue muy contundente al asegurar que no es el momento de plantearlos.

Begoña Lasagabaster, por parte de Eusko Alkartasuna, pidió que el diálogo se mantenga entre todas las fuerzas políticas "sin excluir a HB" y que se acepte "lo que decida el pueblo vasco".

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