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EL DEBATE TRAS LA TREGUA DE ETA

Aznar se compromete con Almunia a hacer "algún gesto" con los presos antes del 25-O

Las conversaciones que mantiene José María Aznar con los partidos democráticos, tras el anuncio de la tregua de ETA, tienen ya un resultado concreto: el Gobierno corregirá su política penitenciaria tras las elecciones vascas del 25 de octubre, e incluso antes de esa fecha adoptará muy probablemente algún gesto humanitario con los presos de la banda terrorista. Este gesto podría traducirse en el acercamiento a las cárceles vascas de algún pequeño grupo de reclusos en situación precaria. El Gobierno mostró ayer su satisfacción, tras el nuevo encuentro con el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, por la marcha de las conversaciones, que a partir de ahora entran en una fase de comunicación casi permanente y discreta.

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Tras dos horas de reunión, Joaquín Almunia salió de La Moncloa en un estado de ánimo muy diferente al que había mostrado hacía 10 días, cuando José María Aznar le convocó para iniciar una ronda de conversaciones para evaluar la tregua de ETA. De hecho, poco antes de la cita de ayer, Almunia declaraba en la Cadena SER que en su primera conversación con Aznar tras el alto fuego notó que el Gobierno aún no estaba preparado. "Dije más de lo que pude escuchar, espero que hoy sea distinto". Y añadió "Me gustaría poder decir que Aznar es el hombre adecuado para gobernar en este momento".Por la tarde, el tono era diferente. El líder socialista subrayó que la reunión había resultado "sustancialmente positiva" y que Gobierno y PSOE "habían avanzado en la concreción de algunas actuaciones y sus calendarios". El Ejecutivo acababa de comprometerse a modificar su política penitenciaria. Aznar y Almunia dedicaron buena parte de la conversación a analizar las posibilidades de que la tregua se transforme en una paz definitiva. Y ambos coincidieron en la conveniencia de realizar de inmediato algún gesto humanitario en relación con los presos de ETA, que sirva para "conseguir el objetivo de que el terrorismo desaparezca para siempre". Aunque Almunia y el portavoz del Gobierno, Josep Piqué, estuvieron deliberadamente discretos, fuentes gubernamentales y del PSOE reconocen que hablaron de flexibilizar la política penitenciaria, incluso de adoptar alguna medida humanitaria en los próximos 20 días, sin esperar a las elecciones vascas.

Por la mañana, Piqué había afirmado que el Ejecutivo mantendría sin cambios su actual política penitenciaria, al menos hasta que se consolide la tregua, pese a que el PSOE había mostrado la conveniencia de que se hiciera ya "algún gesto". "La posición del Gobierno sigue siendo la misma desde hace unas semanas", enfatizó el ministro. Sin embargo, la agencia Europa Press, citando "fuentes del Ejecutivo", aseguraba que el Gobierno se planteaba la posibilidad de hacer algún gesto en relación con los presos antes de las elecciones.

En su reunión con el presidente del Gobierno, Almunia le emplazó a dar este paso. Y Piqué cambió de discurso. Confirmó que muy probablemente habrá un gesto humanitario antes del 25-O, aunque argumentó que ello no supondría modificar ya la política penitenciaria. Puso el ejemplo de la excarcelación del ex dirigente de HB Jon Idígoras por enfermedad. En todo caso, Aznar y Almunia coincidieron en que las medidas fundamentales se desarrollarán después de las elecciones. Almunia presentó a Aznar un calendario de actuaciones, en el que se incluye el traslado de presos a cárceles vascas, pases al tercer grado, puestas en libertad de reclusos que han cumplido las tres cuartas partes de las penas e incluso indultos. Estas medidas de generosidad, que el Gobierno estudiará, se ven facilitadas por la unanimidad mostrada por todos los partidos, que están de acuerdo en separar el proceso de paz y las reclamaciones políticas.

Asimismo, y a propuesta de Aznar, ambos líderes coincidieron en agilizar la cobertura de las cuatro vacantes del Tribunal Constitucional, que el Senado tiene pendiente de elegir desde febrero de este año.

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