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Seis días de carambolas

Otra cosa no, pero carambolas se van a ver unas pocas en el Palacio de Congresos de Torremolinos esta semana. Las que consigan los 132 competidores que disputan desde ayer la Copa del Mundo de billar a tres bandas. Un total de 132 virtuosos del billar llegados desde 15 países que competirán en dos categorías, profesional y amateur, para hacerse con el máximo galardón en un deporte quizá minoritario, pero capaz de embrujar a cualquiera cuando el que lo practica es un as. Y los ases están todos en Torremolinos. Como el español Daniel Sánchez, de 24 años, que actualmente ocupa la novena plaza en la clasificación mundial. Sánchez, que juega desde los nueve años y compite desde los 15, se animó a pasar a la categoría de profesional después de ganar inesperadamente una edición de la Copa del Mundo a la que acudió como aficionado. Ahora aspira a llevársela como profesional. "Me gustaría ganar aquí, eso está claro, aunque sé que el nivel va a ser alto", confiesa. Pero Daniel Sánchez, al igual que Jaime Sánchez y Javier Yester, los otros dos españoles que están entre los 20 mejores jugadores del mundo, tendrá que esperar hasta el viernes para entrar en acción. Ese día se hará la presentación oficial del torneo y se darán a conocer los 32 finalistas. Los jugadores con mejor clasificación en el ranking pasan directos a la final. Daniel está entre ellos. En estos días se dedica a disfrutar de las partidas y a ayudar a ubicarse a los jugadores extranjeros que han venido. "Es que aquí cada uno viene por su cuenta. Me he encontrado a unos compañeros turcos que acaban de llegar y están sin hotel. No se les había ocurrido reservar y vienen a la aventura", explica. Menos relajados que Daniel están los jugadores amateurs que comenzaron a competir ayer, y que se deshacían de nervios al ver que el inicio del juego se retrasaba media hora. "A estas alturas no sé con quién juego", se impacientaba un jugador de Torremolinos. Era su primera gran competición. "La Copa del Mundo es abierta, y hay muchos aficionados que se inscriben sólo por el placer de participar en un evento así", explica Emilio Mingorance, director deportivo de la Federación Española. Los aficionados españoles se han lanzado a participar en la Copa porque, según Mingorance, "no es nada fácil que te concedan la organización de un campeonato así". Torremolinos ha tenido que derrotar como sede a Seúl (Corea del Sur) y Las Vegas (EE UU). Y antes, sólo Mallorca había conseguido ser sede, hace seis años. Sin embargo, según Daniel Sánchez, España está considerada una potencia en este deporte. "Nuestros rivales son Holanda, Bélgica y los países nórdicos", cuenta, "pero aquí hay mucha afición". Lo que no falta en este deporte antiquísimo -lo inventaron los griegos en el siglo V antes de Cristo- son aficionados ilustres. La reina Cleopatra dedicaba horas y horas a este juego, que en aquella época se practicaba en el suelo. El monarca francés Luis XIV tenía tal pasión por él que llegó a nombrar ministros a sus dos compañeros de juego. Fernando VII de España, aficionado pero no demasiado habilidoso, hizo famosa la frase "así se las ponían a Fernando VII" porque, al parecer, sus contrincantes preferían dejarse ganar a vérselas con él. Y es que Fernando VII era un bellaco en las grandes ocasiones -al humillarse ante Napoleón y al perseguir rastreramente a los liberales- y en aquellos momentos, más lúdicos, en que ni siquiera era capaz de jugar al billar como un caballero.

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