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Reportaje:

La captura del gran maestro

La policía pone fin en Cannes a la fuga de Licio Gelli, antiguo líder de la logia masónica P-2

El camuflaje no le sirvió de nada a Licio Gelli, ex gran maestro de la logia P-2, a la que un día pertenecieron ministros, magistrados y generales, lo más granado de la sociedad italiana. Una inesperada barba larga, crecida durante los cinco meses que ha durado su fuga, y un pasaporte falso no evitaron que ayer por la mañana los agentes de la policía italiana y sus colegas franceses, a las órdenes del inspector Andrea Cavacece, de la Criminalpol, le detuvieran en Cannes, donde vivía. El anciano, acompañado por su mujer, su hijo Raffaelo y su nuera, fue esposado e introducido en un coche policial con la máxima celeridad, para asombro de los transeúntes presentes y del propio Gelli. Poco después de la detención, mientras era interrogado en la comisaría, sufrió una indisposición que obligó a ingresarle en un hospital francés. El Gobierno italiano reclamará la expulsión del ex maestro masón para que pueda cumplir su condena en Italia. Gelli desapareció de su villa de Arezzo (Toscana) en una fecha desconocida, en vísperas de que el Tribunal Supremo confirmara, el 22 de abril, la sentencia del Tribunal de Apelación de Milán que le condenaba a 12 años de cárcel por su implicación en la quiebra del Banco Ambrosiano de Roberto Calvi, ocurrida en el año 1982.Su captura devolvió ayer la sonrisa al primer ministro, Romano Prodi, no sobrado de buenas noticias, ahora que la situación económica italiana empieza a sufrir las consecuencias de la crisis asiática y que la situación política vuelve a enrarecerse como todos los otoños. Prodi expresó alivio y satisfacción por una operación policial que ha servido para cerrar una grave herida infligida a la credibilidad y a la autoridad del Estado. Para explicar la importancia de la captura, el ministro del Interior, Giorgio Napolitano, vapuleado en su día por la sorprendente fuga, puntualizó que la detención de Gelli se había convertido en una cuestión de principios.

Y es que en Italia el nombre de Licio Gelli está ligado a decenas de los escándalos político-financieros que jalonan la Primera República. Detenido dos veces, huido a Suiza ya en una ocasión, Gelli era un personaje a vigilar, y de hecho, ésa era la misión encomendada a la policía de Arezzo (Toscana), donde residía el ex jefe de la P-2, que acaba de cumplir 79 años. Algo que no se hizo. La policía que registró entonces la casa de arriba abajo, por supuesto sin éxito, calcula que el ex gran maestro de la P-2 debió desaparecer en torno al 20 de abril. ¿Cómo? ¿Por qué se desatendió la vigilancia de un hombre de los recursos y las relaciones de Gelli?

Nacido en Pistoia el 12 de abril de 1919, Licio Gelli tuvo una juventud turbulenta que le llevó a enrolarse con los camisas negras fascistas en la guerra de España, obviamente del lado del general Francisco Franco. Más tarde, este curioso personaje reaparece en la Argentina del general Juan Domingo Perón y su esposa, Evita, para recalar definitivamente en su Italia natal, donde habría de escalar hasta la cima del poder secreto de la logia P-2, que se constituyó como un Gobierno en la sombra. En ella figuraban banqueros como Roberto Calvi y Michele Sindona, generales, ministros y periodistas. Fueron los jueces de Milán Gerhardo Colombo y Giuliano Turone quienes descubrieron en 1981, cuando investigaban los negocios sucios de Michele Sindona, la lista de miembros de la P-2 y comprobaron que penetraba completamente en los centros de poder italianos.

La P-2 introduce sus ramificaciones en el Banco Ambrosiano de Roberto Calvi, cuya quiebra en 1982 dejó un agujero de 1,4 billones de liras y una larga serie de incógnitas. Calvi se suicidó, aparentemente, en el puente londinense de Blackfriars, mientras Michele Sindona se quitó la vida en la cárcel en marzo de 1986. Gelli resultó indemne, pero la justicia le presentó una abultada cuenta meses después. Una cuenta que el ex gran maestro no parecía demasiado dispuesto a saldar, de no ser porque ayer la suerte le volvió la espalda.

Ésta no era la primera fuga de Gelli, ya que en 1983 se había evadido de una cárcel suiza con destino a la localidad francesa de Cannes, donde ayer fue detenido.

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