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TURBULENCIAS EN LOS MERCADOS

Kohl intenta coordinar el plan de apoyo a Rusia

Pilar Bonet

El canciller alemán Helmut Kohl, cuyas credenciales de gran estadista europeo no le bastan para imponerse en las elecciones legislativas del 27 de septiembre, a juzgar por los sondeos, está buscando el modo de organizar un apoyo internacional a la reforma en Rusia, sin que ello implique nuevas inyecciones financieras, por lo menos mientras persistan las condiciones actuales.Kohl dijo ayer en Berlín que, conjuntamente con sus colegas de Estados Unidos y Gran Bretaña y, sobre todo, con el presidente francés Jacques Chirac, intentaba influir sobre los dirigentes rusos para que estos prosigan con la reforma. Sin esta reforma, según el canciller, no se pueden movilizar recursos financieros de las instituciones internacionales.

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Kohl puso a disposición del Gobierno ruso expertos en cuestiones de política fiscal y bancaria durante la conversación que mantuvo el pasado sábado con el presidente ruso Borís Yeltsin, que el 1 de septiembre recibirá en Moscú al presidente norteamericano Bill Clinton.

Medios gubernamentales alemanes trasmitían ayer la idea de que Alemania ha decidido apostar a fondo por el jefe del Gobierno en funciones, Víctor Chernomirdin, al que considera como la única figura de la escena política rusa capaz de aglutinar diversas fuerzas políticas para iniciar un remonte de la crisis o por lo menos para evitar una erosión aún mayor. Esta postura, que implicaría cerrar los ojos ante los fallos de la política reformista de Chernomirdin en el pasado, no coincide plenamente con la posición de la Administración estadounidense, menos dispuesta a apostar por el número dos de Rusia y más inclinada por los reformistas radicales del estilo de Anatoli Chubais y otros jóvenes economistas influidos por los expertos de Harvard. Desde los tiempos en que era presidente del Gazprom, el consorcio estatal de gas, Chernomirdin es bien conocido en Alemania, país que es el principal importador europeo del gas ruso. Según medios próximos a la Administración alemana, el Gobierno ruso debe actuar con rapidez, formular una política para estabilizar las finanzas, continuar la reforma centrándose en los aspectos cualitativos y dar señales al Fondo Monetario Internacional (FMI) de que cumplirá los acuerdos suscritos. Chernomirdin no necesita dinero, sino el apoyo y la confianza exterior, señala esos medios, según los cuales los intereses de EEUU y Alemania respecto a Rusia son diferentes.

Mientras los estadounidenses se han concentrado más en la compra de obligaciones del Estado ruso, las denominadas GKO, los alemanes lo han hecho en los créditos interbancarios. Según datos del Ministerio de Economía de Alemania, los créditos bancarios alemanes a Rusia suman 54.000 millones de marcos (4,5 billones de pesetas), en tanto que los créditos de los bancos de EEUU suponen 13.000 millones de marcos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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