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El Gobierno cambia de estrategia en Asturias y opta por la moderación con Sergio Marqués

El Gobierno ha optado por cambiar de estrategia ante la crisis por la que atraviesa Asturias, concretada desde hace meses en los enfrentamientos entre el presidente del Principado, Sergio Marqués, y el vicepresidente del Gobierno Francisco Álvarez Cascos. El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, ha sido el medio utilizado para propiciar el acercamiento y este fin de semana fue el invitado de honor de Marqués en Ribadesella. Allí recibió en directo la versión de la crisis por parte del presidente asturiano. Las señales de moderación continuarán los próximos días con la visita de ministros como Rodrigo Rato, entre otros.

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El vicepresidente y su escalada de la tensión

La conversación que durante más de media hora mantuvieron a solas el sábado el presidente de Asturias, Sergio Marqués, y el ministro de Industria y portavoz del Gobierno, Josep Piqué, tras una comida campestre en la localidad de Ribadesella, ha dado pie a diversas interpretaciones en círculos políticos asturianos, entre otras la de que el método duro de Álvarez Cascos no ha dado resultado.Marqués y Piqué presidieron el almuerzo campestre tras haber dado muestras de una fría cordialidad durante los actos protocolarios de la fiesta de las piraguas en el río Sella. Fue a los postres cuando se suscitó el diálogo entre ambos políticos. Los testigos más próximos pudieron ver cómo quien más tiempo tuvo la palabra fue Marqués.

Aunque la versión oficial del ministro de Industria fue que la conversación había girado sobre el futuro de Asturias, miembros próximos al presidente del Principado coinciden en que Marqués aprovechó la ocasión para dar a conocer al delegado del Gobierno la otra versión de la crisis política asturiana.

De hecho, algunos alcaldes del Partido Popular alineados con el Ejecutivo regional también aprovecharon la presencia de Piqué en el Sella para ponerle al corriente de los problemas que ha creado en Asturias un conflicto que dura ya cinco meses y que cada día plantea nuevas dudas sobre su resolución.

En la conversación entre Marqués y Piqué apenas terció el vicepresidente asturiano, Leonardo Verdín. Significados dirigentes del PP, con la diputada Mercedes Fernández a la cabeza, no disimularon su alivio cuando el ministro de Industria pudo poner fin a la conversación, apelando a una cita que previamente había acordado con periodistas.

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Un mediador

En Asturias se ha interpretado la presencia de Piqué en el Descenso del Sella -escenario muy frecuentado otros años por el vicepresidente Álvarez Cascos- como síntoma de un supuesto cambio de actitud del Gobierno de José María Aznar en relación con la crisis.Alcaldes del PP cercanos a Marqués creen ver en Piqué a un mediador, encargado de escucharle, y también de convencerlo para que su defensa ante el aparato del partido la lleve a efecto no sin antes haber abandonado el sillón presidencial. Efectivamente, en Ribadesella, el portavoz del Gobierno reiteró en público que cualquier solución sigue pasando por la dimisión del actual presidente. Piqué reconoció que los problemas de la Administración central con Asturias comenzaron desde los primeros días del PP en el poder. Según el ministro, en la crisis abierta entre Marqués y el PP hay "una pérdida de confianza por parte de los máximos dirigentes del partido".

El supuesto cambio hacia la moderación en los mensajes que el PP envía desde Madrid se justifica también por el próximo inicio de la carrera preelectoral. El partido espera tener perfilado en septiembre un candidato a la presidencia del Principado y se encuentra con la ardua tarea de convencer a los asturianos de que el impulso que el Gobierno le haya dado a la región en los dos últimos años pesa más que la imagen de fractura interna.

Desfile de ministros

En los próximos días continuará el desfile de miembros del Ejecutivo central. Los ministros Rodrigo Rato y Margarita Mariscal de Gante estarán en Gijón esta misma semana y la última de agosto, respectivamente.Fuentes del PP asturiano aseguran que el goteo de visitas cubre un doble objetivo: reforzar la imagen de compromiso con la región y emitir nuevas señales que propicien un ambiente político menos tenso.

Pese a estos movimientos del Gobierno para presentar en Asturias una cara más amable que la expuesta hasta ahora por Álvarez Cascos, que parece perder protagonismo, la sanción de ocho años de suspensión de militancia del PP contra Marqués se mantiene.

El presidente del PP asturiano, Isidro Fernández Rozada, se mostró ayer convencido de que la crisis institucional y política que vive el Principado "será solucionada favorablemente en el partido".

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