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La fiesta no va por barrios

Mientras el bullicio abarrota el centro durante La Blanca, la vida languidece en la periferia

Varios han sido los intentos, pero sin resultado. Los esfuerzos por lograr que la fiesta llegue a todos los rincones de la capital alavesa han sido infructuosos. La tozudez de los blusas unas veces y la indiferencia de los vecinos otras, hacen que la fiesta sólo se viva en el centro. Mientras el bullicio inunda las arterias más importantes de Vitoria, la vida en los barrios languidece. A medida que se deja el centro atrás, el sonido de las fanfarres y charangas se pierde y la sensación de soledad se acrecienta. "Las fiestas en un barrio se viven como un día más de agosto, ni más ni menos". Así de categórico se expresa José Manuel G., quien regenta una panadería en un barrio a 15 minutos del centro. "De vez en cuando se deja ver alguna fanfarre y unos blusas, pero en el barrio la vida discurre con calma", reitera. El caso de Vitoria es similar al de cualquier ciudad del entorno. El programa de fiestas ya prevé la actuación de alguna fanfarre, pero casi siempre pasa inadvertida. A buen seguro que a los que añoran una participación más activa de los barrios en las fiestas les salen los correspondientes detractores, celosos de conservar sus oasis de paz en el estruendo de La Blanca. "Las cosas están bien como están", apunta Andrés E., de 32 años y vecino de Santa Lucía, una zona de la periferia de la ciudad. "En el barrio descansas, te tomas algo con tranquilidad en una terraza o te tumbas en algún jardín a leer. Y cuando estás repuesto acudes al centro". Los que no comparten esta opinión son algunos vecinos del centro, más partidarios de repartir la tarta de actividades festivas. "Ojalá se fueran con la música a otra parte", refunfuña Esteban G., de 55 años, quien vive a escasos metros de la Plaza de los Fueros, el escenario donde se concentran los conciertos nocturnos más importantes. "Hace años que quiero irme de vacaciones en fiestas porque por las noches es muy difícil dormir. Pero a mi mujer le gustan las fiestas y no hay manera". Pues a Esteban G. le espera hoy uno de los platos fuertes de La Blanca, porque a partir de las doce de la noche actúa la cantante cubana Lucrecia. Además de esta artista, el protagonismo de la jornada lo acapararán los blusas veteranos. La Blanca les dedica el día como homenaje a sus esfuerzos de antaño. El calor y los visitantes se han hecho con la ciudad y con las fiestas, que dan los últimos coletazos este fin de semana. Celedón emprenderá el camino de vuelta a la Torre de San Miguel a la una de la madrugada del lunes. Algunos le despedirán con lágrimas y otros pensarán que ya queda menos para las fiestas del próximo año.

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