Yeltsin anuncia por sorpresa un reajuste del Gobierno para afrontar un "otoño caliente"
Al presidente Borís Yeltsin le gusta dar sorpresas, e incluso cuando se encuentra de vacaciones demuestra que sigue manteniendo el timón de Rusia en medio de la tormenta socioeconómica que azota al país. Yeltsin recibió ayer en los bosques de Carelia, donde descansa, al primer ministro, Serguéi Kiriyenko, e inesperadamente anunció cambios importantes en el Gabinete para afrontar los difíciles tiempos que traerá el otoño. "Firmaré hoy [por ayer] un decreto sobre cambios. Habrá tanto nuevos nombramientos como destituciones", anunció el líder ruso.
La única destitución anunciada fue la de Nikolai Kovaliov, director del Servicio Federal de Seguridad (antiguo KGB), según informó el servicio de prensa del Kremlin. En su sustitución fue designado Vladímir Putin, que ocupaba el cargo de vicejefe del Gabinete de la Presidencia. Kovaliov, un profesional del contraespionaje que desempeñaba el cargo desde julio de 1996, "será trasladado a otro trabajo", informó el Kremlin. Putin, un abogado de 46 años, trabajó en 1975 en el departamento de espionaje del KGB y estuvo varios años en Alemania.Yeltsin se encaró con los periodistas presentes al final de su reunión con el primer ministro, en su residencia de Shúsikaya Chupá, en el norte de Rusia, para explicarles por qué ellos a veces no comprenden las destituciones de funcionarios aparentemente eficaces. "Es que yo tengo mucha más información que vosotros. Sé cómo trabaja cada uno de ellos, conozco cada caso, cada delito cometido, descubierto por la policía o no. Y debo decir que este conocimiento me agobia", señaló.
Es difícil saber qué ha querido decir el líder ruso con estas palabras. Si las pronunció para explicar los cambios decididos -es decir, que está echando del Gabinete a delincuentes- o simplemente si se limitaba a constatar su detallado conocimiento de todo lo que ocurre en el Gobierno y el hecho archiconocido de que la corrupción es uno de los grandes males que aquejan a Rusia.
La influyente radio Eco de Moscú, citando fuentes gubernamentales anónimas, afirmó que los cambios, a propuesta del primer ministro, afectarán a dos de los actuales tres viceprimeros ministros.
Oleg Sisúyev, viceprimer ministro encargado de los asuntos sociales, será la principal víctima, según Eco de Moscú. Esta destitución parece normal, debido a que el Gobierno no ha sido capaz de aliviar las tensiones sociales, que han ido en aumento principalmente a causa de los impagos salariales. Baste citar el bloqueo del tren Transiberiano por los mineros del carbón, la huelga de los científicos nucleares y la carta abierta de Alexandr Lébed denunciando que no se paga a los oficiales de las bases de misiles nucleares en Siberia.
Víktor Jristenko, responsable de las cuestiones financieras y económicas, también dejará su puesto, pero continuará en el Gabinete. El tercer viceministro, Borís Nemtsov, seguirá en su cargo. Estos cambios, así como el reciente nombramiento del comunista Yuri Masliukov al frente del importante Ministerio de Industria y Comercio, se enmarcan en el conjunto de medidas que está tomando el Ejecutivo con el fin de mantener la situación bajo control después del verano.
Dificultades políticas
"Nos espera un otoño políticamente difícil", comentó Yeltsin. El pronóstico presidencial es comprensible. Siempre los otoños en Rusia son complejos para el Gobierno, y éste promete serlo más si no se toman medidas preventivas. Es poco probable que el problema de los impagos salariales se solucione el próximo mes, y ya en septiembre llegará una misión del Fondo Monetario Internacional para decidir si entrega el segundo tramo del megacrédito que ha aprobado para Rusia.En este contexto es muy importante el nombramiento de Masliukov, que en tiempos soviéticos presidió el poderoso Comité de Planificación o Gosplán, al frente de un superministerio: además del de Comercio y de la Industria Civil, será responsable del complejo de la industria militar. Yeltsin admitió que la designación de Masliukov "provocó ciertas dudas en el Gobierno, pero éstas no se referían a sus cualidades profesionales". El presidente firmó también ayer un decreto por el que solicita al Gobierno que inicie la venta del 5% de Gazprom manteniendo invariado el 35% restante que el Estado posee en el holding.
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