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GTE gana a Telefónica en la pugna por las telecomunicaciones de Puerto Rico

El gobernador de Puerto Rico, Pedro Rosselló, lo hizo oficial la madrugada de ayer: la Compañía Telefónica de Puerto Rico se adjudicará al consorcio estadounidense International GTE a pesar de que, según ha reconocido el responsable puertorriqueño de la privatización, Marcos Rodríguez, la Telefónica de España, a través de su filial Telefónica Internacional (TISA), había ofrecido más dinero. Telefónica recibió la noticia de su derrota con "extrañeza", según aseguró un portavoz. Por su parte, TISA estudia impugnar la adjudicación.

Telefónica, que está presente en Puerto Rico desde el año 1992, cuando adquirió una de las cinco operadoras de telefonía de larga distancia que operan en el país, TLD, recibió las declaraciones del gobernador de Puerto Rico con "extrañeza y sorpresa", según aseguró un portavoz de la compañía.La razón de la extrañeza: TISA, filial de Telefónica, había ofrecido más dinero que su rival GTE por la Telefónica de Puerto Rico. En concreto, según fuentes de la compañía española, la oferta por el 50% de la operadora local puertorriqueña fue de 2.200 millones de dólares (334.000 millones de pesetas), que se elevaban a 2.325 millones de dólares (353.000 millones de pesetas) en el caso de que se adjudicara el 60% de la empresa.

Frente a esta oferta, complementada con el mantenimiento de los puestos de trabajo (6.000) en la empresa, el consorcio ganador, GTE, ofrecía, según las mismas fuentes, 2.009 millones de dólares (305.000 millones de pesetas) por el mismo 50% de la empresa.

La diferencia en las ofertas, favorable a la compañía española y reconocida por el presidente del Comité Negociador puertorriqueño, Marcos Rodríguez, no ha impedido la adjudicación a la estadounidense GTE. Según explicó el gobernador de Puerto Rico, Pedro Rosselló, en un mensaje televisado a la nación, GTE había mejorado su oferta en 133 millones de dólares. Por su parte, Rodríguez declaró ayer que TISA también había mejorado su oferta, superando a GTE, pero acusó a la filial española de Telefónica de "socavar" el proceso de venta de la compañía y de llevar a cabo una "guerra de papeles" que él, como persona responsable, "no podía aceptar".

El desenlace de la pugna Telefónica-GTE ha estado trufado de elementos políticos. GTE es un consorcio estadounidense y la influencia de EEUU en la isla es importante. También han pesado factores personales, ya que el actual vicepresidente de GTE, Ignacio Santillana, fue consejero delegado de TISA y negoció la entrada en Puerto Rico en 1992. Al frente de TISA, dirigió toda la expansión internacional de la empresa.

Competencia

En este contexto, la operación cerrada por GTE supone para Telefónica un importante quebradero de cabeza porque, teóricamente, nada impide ahora al consorcio estadounidense constituir una nueva operadora de larga distancia en Puerto Rico (sería la sexta, en competencia con TLD, propiedad de TISA) para canalizar al exterior las llamadas captadas por la empresa recién adquirida, la operadora local Compañía Telefónica de Puerto Rico. Esa posibilidad, según reconocen fuentes de Telefónica, fue aceptada por la sociedad española en 1992, cuando adquirió TLD en una operación que ahora se cuestiona y que fue pilotada, según fuentes próximas a la empresa española, por el actual vicepresidente de GTE, Iñaki Santillana, cuando éste trabajaba para Telefónica. Santillana se trasladó ayer mismo desde Nueva York a Puerto Rico para formalizar la operación, por lo que no pudo conocerse su opinión sobre este aspecto.Aquel acuerdo impedía a TISA-TLD entrar en el negocio de llamadas nacionales en Puerto Rico, pero no excluía la posibilidad inversa: que un operador de llamadas nacionales (lo que va a ser ahora GTE) entrara en el negocio de la larga distancia. Este periódico intentó contrastar ayer esta información con el vicepresidente de GTE, sin conseguirlo.

Telefónica dice estar preparada para defender sus posiciones en Puerto Rico. Como muestra, el director general de TISA para América Latina, Rafael Hernández, aseguró ayer que la compañía podría impugnar el contrato de venta a GTE esgrimiendo, precisamente, la cláusula que permite a ésta competir en larga distancia.

Hernández explicó que la impugnación podría presentarse en los tribunales o en la Junta reglamentadora de las Telecomunicaciones de Puerto Rico.

En cuanto a las repercusiones de la operación en el negocio internacional de Telefónica (Puerto Rico es una interesante puerta al mercado de EEUU), fuentes de la empresa recordaron sus acuerdos con MCI-WorldCom, que aseguran el mantenimiento de los proyectos en el área.

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