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Los socialistas rechazan pactar un programa con IU por temor a perder el centro frente al PP

Anabel Díez

Los socialistas están de acuerdo mayoritariamente en que las relaciones con Izquierda Unida (IU) deben ser correctas pero distantes, de manera que los ciudadanos no puedan percibir que el PSOE se desliza hacia la izquierda dejando más espacio de centro para el PP. Ésta es la conclusión que se extrae de las numerosas intervenciones de dirigentes en el Comité Federal de este fin de semana. Si quiere pactar con el PSOE, la organización que encabeza Julio Anguita deberá elegir "entre la pinza con el PP o su cambio radical", según precisó Joaquín Almunia, el secretario general socialista.

El presidente de Extremadura,Juan Carlos Rodríguez Ibarra, fue más allá y pidió la ruptura total con Izquierda Unida. Los representantes de Izquierda Socialista se quedaron solos en su petición, también matizada, de que había que intentar el diálogo con la fuerza política que dirige Julio Anguita."Yo hablo con muchas personas. Y la máxima preocupación que me transmiten es la de que el PP pueda ocupar en las próximas elecciones más espacio de centro que el que tuvo en las de 1996". Así se expresó el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, ante sus compañeros del Comité Federal.

La línea tibia que marcó Almunia en su reunión de hace 15 días con Anguita no sólo no ha sido desautorizada por este órgano de dirección del PSOE, sino que ha sido avalada con entusiasmo. Así se demostró en la avalancha de intervenciones que hubo en esta reunión interna advirtiendo de lo peligroso que sería para el PSOE que se acercara a IU y dejara libre el espacio de centro para el PP. Los intervinientes hablaron mucho de "las clases medias", como grupo social al que el PSOE debe aspirar a representar.

Almunia contó a sus compañeros el tenor de la conversación que tuvo hace dos semanas con Anguita y que tanto decepcionó al líder de IU, ya que la conclusión fue que a partir de ahora no vivirían de espaldas, como representantes de sus respectivas fuerzas políticas, sino que se hablarían, llegarían a algún acuerdo concreto en el Parlamento y poco más.

Otra cosa será lo que ocurra tras las elecciones municipales del próximo año, cuyos resultados previsiblemente les obliguen a pactar. Pero esa situación quedará en los niveles regionales y locales, sin llegar a Madrid.

Memorial de agravios

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En su relato, Almunia sacó a relucir los agravios que el PSOE dice tener respecto a Izquierda Unida. "IU parece que pasa con nosotros del insulto permanente al abrazo de Vergara", aseguran que dijo. En otro momento, denominó "movimiento táctico" al interés de IU por pactar a toda costa con los socialistas. "IU debe elegir entre la pinza con el PP o un cambio radical. Hablaremos con ellos, pero no nos vamos con ellos", continuó el secretario general.La dirección del PSOE está convencida de que, por razones internas, IU pretende acercarse a ellos y, como muestra, señala la interpretación optimista que Víctor Ríos, dirigente de IU, ofreció el pasado viernes, tras entrevistarse con el secretario de Organización del PSOE, Ciprià Ciscar. La versión socialista es la de que no se avanzó nada respecto de lo que dos semanas antes habían hablado los propios Almunia y Anguita.

Y así debe de ser, según la opinión que manifestaron el sábado numerosos miembros del Comité Federal. En un extremo se situó el presidente extremeño, Rodríguez Ibarra, quien de antemano considera imposible el diálogo con IU y más bien se mostró partidario de romper toda relación con esa fuerza política.

Ante los comicios vascos, Enrique Múgica manifestó a sus compañeros que hay que dejarse de intentar fórmulas de frentes izquierdistas como pudiera ser el Olivo italiano. "Aquí no caben olivos ni olmos. Ya lo vimos en Galicia, donde acabamos como un sauce llorón", indicó el ex ministro en referencia a los malos resultados que obtuvo la coalición de los socialistas con el sector mayoritario de Esquerda Unida Galega. Es más, lo que Múgica cree es que el PSOE debería liberarse de las "hipotecas" de los nacionalistas, a las que se ven sometidos para poder gobernar. Y, si no hay mayoría para ir solos, prefiere la otra y única fórmula posible: la "gran coalición", un Gobierno del PSOE y el PP.

Muchos otros intervinientes defendieron también la ocupación del espacio de centro y, por tanto, el mantener la distancia respecto a IU. José Torres Vela, presidente del Parlamento andaluz, se refirió a las clases medias y consideró muy difícil cualquier acuerdo con Anguita, que, a su juicio, forma parte de la "coalición negativa". El gaditano José Luis Blanco se manifestó en la misma línea y con distintos argumentos lo hicieron también el asturiano Antonio Trevín y el balear Antoni Costa. La valenciana Clementina Ródenas puso ejemplos de cómo los socialistas debían defender el espacio de centro. Desde luego, no subiendo los impuestos que se dispone a bajar el PP, dicen que dijo.

En ese mar de coincidencias se quedaron solos los representantes de Izquierda Socialista, Juan Antonio Barrio de Penagos y Manuel de la Rocha. Este intentó que sus compañeros barajaran una segunda opción en el caso de no poder gobernar en solitario. La primera es el acuerdo con los nacionalistas; la que él propuso fue mirar a la izquierda.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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