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Comas critica al Ayuntamiento por exigir tributos a instalaciones sociales

El consejero de Bienestar Social, Antoni Comas, acusa al Ayuntamiento de Barcelona de ser el único de Cataluña que cobra impuestos y licencia de obras a los equipamientos sociales. Este nuevo episodio, que muestra las turbulentas relaciones que enfrentan a la municipalidad con el consejero, lo ha destapado el propio Comas en el escrito que dirige a la Coordinadora de Urbanismo de Sants, Hostafrancs y la Bordeta a propósito de una residencia geriátrica que las entidades reivindican desde 1994.

En su escrito, Comas tacha de "demagogo" al concejal del distrito, el socialista Pere Alcober, y señala que su departamento no dará prioridad a la construcción de equipamientos sociales en Barcelona hasta que no se llegue a un acuerdo por escrito con el alcalde Joan Clos que establezca "la condonación de los impuestos y tasas municipales". Comas hace votos para que se zanje el conflicto con objeto de "recuperar el tiempo perdido y que tan gravemente perjudica a los ciudadanos de Barcelona". La dureza de la carta del consejero sorprendió a la Coordinadora de Urbanismo, que agrupa a cinco asociaciones de vecinos, al Centro Social de Sants y al Secretariado de Entidades, las cuales se habían dirigido a Comas el pasado día 5 para reclamarle la residencia y proponer celebrar una reunión a tres bandas a la que asistiera el concejal del distrito, la teniente de alcalde Eulàlia Vintró, los vecinos y a la que invitaban también al consejero. Los vecinos y entidades desconocían que estaban metiendo el dedo justo en la llaga que más le duele al titular del Departamento de Bienestar Social. La chispa que hizo saltar la llama surgió a propósito del solar propiedad municipal situado en el cruce entre las calles de Numància y Enric Bargés, donde los vecinos quieren que se levante el equipamiento. Como es habitual casi siempre que otra institución debe edificar, se produjeron tiras y afloja y acusaciones cruzadas. En este caso el Ayuntamiento aceptó destinar a residencia el citado solar, pero Bienestar Social notificó en 1995 que dicha actuación no entraba en los siguientes programas de inversión. Motivo por el que el proyecto quedó en suspenso desde entonces. El escrito de Comas está cargado de interrogantes que hacen aflorar la existencia de un auténtico mar de reproches. "Si todos los ayuntamientos de Cataluña exoneran de impuestos a los equipamientos sociales, ¿por qué no lo hace el de Barcelona?", se pregunta.

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