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La decisión de EEUU de no defender el yen lleva la divisa japonesa a su valor mínimo en siete años

La divisa japonesa se depreció ayer frente al dólar estadounidense a su mínimo valor en los últimos siete años. A media jornada, en los mercados europeos, el yen se cotizaba a 137,25 por dólar. El yen ha caído un 5,77% desde enero pasado. La caída se debió a que el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Robert Rubin, declaró que no defendería el yen y que está dispuesto a dejar que se devalúe hasta 140 o 150 para impedir el colapso total de la economía japonesa. Por otra parte, 18 de los 21 grandes bancos de Japón informaron que sus carteras de créditos incobrables crecieron un 19,7% en 1997.

Las declaraciones del secretario del Tesoro de Estados Unidos fueron incluidas en un artículo publicado por la revista estadounidense US News & World Report. En éste, Robert Rubin aseguraba que está dispuesto a dejar que el yen se deprecie hasta 140 unidades por dólar, e incluso hasta 150, si fuera el único medio para impedir el colapso total de la segunda mayor economía del mundo.La posición de Rubin no sólo provocó que el yen llegara a cotizarse en los mercados europeos -ayer fue festivo en Estados Unidos- a 137,25 por dólar, sino también el disgusto del Gobierno japonés. El yen ha caído un 5,77% en lo que va de 1998. Koji Tanami, viceministro de Economía de Japón, recordó que el grupo de los países más industrializados del mundo, el G-7 (Estados Unidos, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, Canadá y Japón), había acordado durante su reunión en Londres a principios de este mes que cooperaría para "tomar una acción determinada" y prevenir un yen demasiado débil.

El primer ministro japonés, Ryutaro Hashimoto, afirmó que se siente disgustado por la caída del yen frente al dólar. "Todo el mundo está perdiendo la confianza en la economía japonesa, y la sensibilidad frente a cualquier movimiento del mercado es muy alta", dijo Hashimoto. "Me gustaría que el mundo tuviera confianza en la aptitud de Japón y de los japoneses y en su capacidad tecnológica", agregó.

Hashimoto también aprovechó para anunciar que su Gobierno se compromete a desregular todos los sectores de su economía en el siglo XXI. La liberalización exigiría eliminar 624 normas en 15 sectores industriales entre 1998 y el 2000, y estará coordinada por un comité de 11 personas que desde el pasado mes de abril estudia la manera de reorganizar por completo la economía japonesa. El objetivo será reducir de 22 a 12 el número de ministerios y agencias que existen en Japón.

En la misma mañana de ayer, ante una comisión parlamentaria, el gobernador del Banco de Japón (BOJ), Masaru Hayami, tuvo que salir al paso de los rumores de una fuga masiva de capital japonés hacia Estados Unidos debida a la volatilidad del yen. Hayami negó tal cosa y aseguró que el excedente por cuenta corriente de Japón, de 13 billones de yenes en 1997 (14,3 billones de pesetas), es muy semejante al déficit de balanza financiera, que en el mismo año alcanzó los 15,3 billones de yenes (16,8 billones de pesetas).

El gobernador dijo que no hay motivos para preocuparse por una fuga de capitales de Japón, un elemento más que justifica la política monetaria del BOJ de mantener los tipos de interés en el mínimo histórico del 0,5%.

Créditos impagados

Las carteras de créditos incobrables en poder de los 18 principales bancos japoneses crecieron un 19,7% en el año fiscal de 1997, lo que sitúa el total de préstamos impagados en 21,7 billones de yenes (23,8 billones de pesetas), según un informe de las propias entidades. De estos 18 bancos, sólo 5 lograron resultados positivos en el ejercicio que finalizó el 31 de marzo pasado.

El sector bancario japonés atribuye el aumento a las nuevas reglas de calificación de créditos que las autoridades impusieron en marzo, a cambio de fondos públicos para mejorar sus coeficientes de garantía. A este plan se acogieron los 21 bancos más importantes del país.

Las entidades bancarias que ayer revelaron su cartera conjunta de créditos impagados indicaron que también han aumentado las provisiones de fondos de reserva para prevenir pérdidas en caso de que se deteriore aún más la situación económica en Japón.

[El grupo de electrónica japonés anunció ayer su peor resultado de los últimos 20 años. El beneficio consolidado del grupo ha caido un 85 % durante 1997. El grupo Toshiba ganó el año pasado 11.000 millones de pesetas menos que en 1996.]

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