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España se conecta por cable con Marruecos y le vende energía por 20.000 millones

Javier Sampedro

Los cuatro cables submarinos que interconectan las redes eléctricas española y marroquí por el Estrecho de Gibraltar empezaron a funcionar ayer, un año y cuatro meses después de lo previsto. La firma española Red Eléctrica ha acordado vender a Marruecos 90 megavatios durante los próximos cinco años, por unos 20.000 millones de pesetas. El cable tiene una capacidad seis veces superior, y la empresa espera que la demanda marroquí se incremente en breve.

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La interconexión por cable con Marruecos, que empezó a fraguarse en 1986, ha arrancado con retraso por dos razones. En primer lugar, por la fragorosa oposición de la llamada Plataforma Anticable, que agrupa a vecinos, ecologistas y pescadores de la zona de Algeciras (Cádiz) preocupados por los supuestos efectos dañinos de los campos electromagnéticos sobre la salud, las aves y los bancos de peces. Ningún informe científico avala sus tesis, pero la empresa se vio forzada a compensarles con 1.800 millones de pesetas para aminorar sus protestas. La segunda razón del retraso ha sido la negociación con la parte marroquí, representada por L"Office National D"Electricité (ONE). La firma española ha tenido que renunciar a su proyecto inicial de vender 300 megavatios en un año y medio, y renegociar el precio del kilovatio, para que los marroquíes dieran luz verde, cosa que no hicieron hasta el jueves pasado. La visita a Rabat el mes pasado del presidente español, José María Aznar, fue importante para desbloquear el acuerdo, según la empresa. Red Eléctrica ha invertido 13.500 millones de pesetas, de los que 11.300 se han ido en la parte submarina de la instalación (el resto en los tramos terrestres). La ONE marroquí ha invertido otros 13.900 millones. La firma española espera amortizar su inversión antes de cinco años. Sus responsables, en cualquier caso, hacen hincapié en que la interconexión mejora la estabilidad y la seguridad de la red eléctrica española, sobre todo en Andalucía. Cuanto más grande es una red, menos expuesta está a apagones y fluctuaciones fortuitas de tensión. La parte terrestre del tendido ha sido recubierta con unas bolas de colores para evitar que las aves choquen con los cables. El dispositivo ha reducido las colisiones de los pájaros en un 80%, según la empresa. En cuanto a la parte submarina, los técnicos han comprobado que se hunde bajo el suelo del fondo debido a su peso (50 kilos por metro de cable), y que ningún campo electromagnético escapa al medio circundante. Técnicamente, el cable sirve lo mismo para exportar energía a Marruecos o para importarla de allí. A corto plazo, sin embargo, no es previsible que el país magrebí esté en condiciones de vender energía eléctrica, ya que es deficitario en ella. Los responsables de Red Eléctrica admiten haber "adaptado" el precio del kilovatio para vencer la resistencia marroquí, pero consideran que el acuerdo final (6 pesetas el kilovatio hora) está dentro de los márgenes típicos en el mercado europeo.

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