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Escuela de cineastas

"La noche temática" analiza hoy la vitalidad del cortometraje español

¿Qué es un cortometraje? A juzgar por las opiniones vertidas en el documental de Iván Bouso que ocupará la totalidad de La noche temática (La 2, a las 22.30), el cortometraje es un excelente tema de conversación sin público. Los problemas derivados de la escasez de financiación y de salas donde exhibirlo , y la indudable actualidad de un formato a la vez escuela y carta de presentación de futuros cineastas, son los asuntos a los que da un cumplido repaso España en corto. Además, el programa incluye algunas de las diminutas joyas que ha visto recientemente el cine español.«En un largo, puedes ganar a los puntos. Si no gusta en su totalidad, si destaca este o aquel otro aspecto. En un cortometraje sólo se puede ganar por KO. Todo tiene que resultar perfecto». Así opina Antonio Conesa, de la productora Samarkanda, además de realizador de cortos como Huntza y Campeones. Su contundente declaración resume en parte lo explicado por la larga lista de directores, actores, distribuidores y productores que van arrojando luz sobre una pequeña industria que anualmente arroja un centenar de obras.

Las opiniones coinciden en señalar que el público empieza a reconocer al corto como un género propio. «Es cine», confiesa expeditiva la realizadora Gracia Querejeta. Para Juanma Bajo Ulloa, cada relato requiere su tiempo: «No es más que una historia más corta... En nigún sitio figura que los libros tengan que tener 200 páginas de forma obligatoria. La duración de las películas las determina el mercado solamente». Todos se muestran de acuerdo en reinvindicar un formato al que, en una reflexión del exhibidor González Macho, los vicios heredados de cuando era obligatoria su proyección provocaron el rechazo del público: «Hay que hacer un pequeño lavado de cerebro a toda la profesión cinematográfica y que desde todos los sectores se vayan concienciando de que el corto es necesario para que luego salga un buen largo».

Cuando, en 1972, cerró la Escuela Oficial de Cine, el corto se convirtió en la única escuela posible. Tanto Santiago Segura como Alejandro Amenábar, Javier Fesser, la pareja de La Cuadrilla, Javier Ibarretxe y Miguel Bardem, todos directores con un largo en su haber, señalan al corto como el sitio perfecto para ensayar fórmulas, familiarizarse con la industria y darse a conocer. Las opiniones de actores como Álex Angulo, Ángeles Martín o Candela Peña, al lado de representantes de empresas como EPC o Kodak, ven en el cortometraje la mejor manera de foguearse en una experiencia al límite, tanto financieramente como en consumo de ilusión.

Con vistas al futuro, se reconoce la necesidad de incentivar su proyección. explica que la experiencia de los festivales muestra que el público se interesa cada vez más por el corto.

Entre el zafarrancho de reflexiones, opiniones y formulaciones de deseos, el programa intercala la proyección de 10 cortometrajes. Los premios Goya El columpio (Álvaro Fernández-Armero, 1992) y La madre (Miguel Bardem, 1996) desfilan junto al multipremiado en los más diversos festivales Aquel ritmillo (Javier Fesser, 1994); los sorprendentes Sirenas (Fernando León, 1995) y Mirindas asesinas (Álex de la Iglesia, 1990); los asociados a nombres célebres de la conocida como comedia madrileña Pomporrutas imperiales (Fernando Colomo, 1976) y El león enamorado (Fernando Trueba, 1979); la gamberrada cinéfila Shh (La Cuadrilla, 1986), y los trabajos de Javier Rebollo, En medio de ninguna parte, y David Gordon, Kikos.

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