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La campaña más dura termina con un abrazo

La batalla por el rectorado de la Universidad de Alcalá, que ayer ambos aspirantes dieron por finalizada con un abrazo, ha sido la más dura de la historia de esta institución. En las cuatro convocatorias anteriores, el reelegido Manuel Gala obtuvo sin dificultades la mayoría absoluta que fijan los estatutos. Para su quinta victoria ha necesitado, por primera vez, una segunda vuelta. Dura y tensa. Julio Gutiérrez, que fue vicerrector de docencia con Gala, ha acusado a éste de amor a la poltrona y de "chalanear" para conseguir votos, y a algunos representantes estudiantiles que apoyaron a Gala de velar por oscuros intereses y organizar campañas de difamación en su contra. Y esto en un entorno en el que lo habitual había sido el guante blanco entre los contrincantes."Se ha importado un modelo electoral propio de ámbitos políticos. Además, había una tensión acumulada, y no sólo en Alcalá, porque los presupuestos para la universidad han sido muy restrictivos los cuatro últimos años y no se han creado nuevas plazas de profesorado", señaló Gala.

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Manuel Gala, reelegido rector de Alcalá en la segunda vuelta

Otra cuestión enconó los ánimos en la última semana. El Consejo de Estudiantes se quejó de que Amelia Calonge, miembro del equipo de Gutiérrez, copiase los teléfonos particulares de dos alumnas de su ficha académica para convocarlas a una reunión. Gutiérrez afirmó con vehemencia y por escrito que los obtuvieron en la guía con las direcciones postales de los votantes que les facilita el claustro.

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