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Un jefe de la Guardia Civil niega que coaccionara a los agentes acusados de torturas

El teniente coronel Manuel Gascón, máximo responsable de la 112 Comandancia de la Guardia Civil en 1994, negó ayer haber coaccionado a los 14 agentes del cuartel de Colmenar Viejo acusados de torturas para que confesaran unos supuestos malos tratos a tres jóvenes detenidos. Gascón declaró en el juicio que se sigue en la Audiencia Provincial por estos hechos que interrogó a los agentes de forma "exquisita y cortés".De esta manera, contradice las declaraciones de los procesados, quienes aseguraron en el juicio que el teniente coronel les coaccionó para que respondieran en determinado sentido. La defensa pidió la nulidad de toda la instrucción por considerar que se habían vulnerado los derechos fundamentales de los acusados en este interrogatorio, incluido posteriormente como prueba en el sumario.

Manuel Gascón relató que en octubre de 1994 tuvo conocimiento de los supuestos malos tratos a tres jóvenes en el cuartel de la Guardia Civil de Colmenar a través de una periodista. Ante la gravedad de lo publicado en la prensa, decidió abrir una investigación interna y, una vez concluida, remitió un informe al Juzgado número 2 de Colmenar, donde se instruía el caso.

"Invité a declarar", añadió, "a los denunciantes y a los agentes, y les pedí que dijeran la verdad. En ningún momento les prohibí que declararan con abogado, no coaccioné a nadie y les ofrecí leer y firmar sus declaraciones". Reconoció que no informó a los agentes de si estaban declarando en calidad de imputados, testigos o sospechosos, pero precisó que una investigación interna de la Guardia Civil no reúne los mismos requisitos que los procedimientos de la justicia ordinaria. Gascón rechazó tener animadversión alguna contra los agentes acusados.

También declaró ayer el teniente Luciano Pérez de Lama, instructor de las diligencias sobre la pelea ocurrida la noche del 21 de octubre de 1994 en el pub Color"s de Colmenar Viejo. Explicó que ante los indicios de que se hubiera producido un delito de atentado, ordenó personalmente la detención de los tres jóvenes sospechosos, quienes posteriormente denunciaron los malos tratos. Su declaración fue contradicha por el agente Gutiérrez Zamarreño, que dijo que la orden de detener a los sospechosos la dio el cabo Izquierdo, uno de los guardias lesionados en el pub.

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