Protestas en Benalmádena al retrasarse tres años una depuradora
La nueva depuradora de aguas para la localidad malagueña de Benalmádena obtuvo luz verde para su construcción en 1995. Han pasado tres años desde entonces, pero las obras todavía no han comenzado. Ayer, una veintena de vecinos de la localidad malagueña se manifestó frente a la sede de la Confederación Hidrográfica del Sur (CHS), organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, para exigir que acelere la adjudicación del proyecto. José Luis Centella, diputado de Izquierda Unida, recordó que la inversión en depuración de aguas es una de las principales reivindicaciones del sector turístico de la provincia de Málaga y que "de nada vale gastar millones en promoción, si ese esfuerzo no se complementa con obras para preservar el medioambiente". Los vecinos aseguran que el mal funcionamiento de la antigua depuradora de aguas, inaugurada hace ya diez años, provoca malos olores, problemas sanitarios y una imagen negativa del municipio costasoleño. Responsables de la Confederación Hidrográfica del Sur prometieron al diputado Centella que los trabajos se adjudicarán en un par de semanas y justificaron la tardanza en la complejidad del proyecto. Las nuevas instalaciones costarán en torno a 4.000 millones. "Esperamos que esta vez el compromiso no quede en agua de borrajas, porque primero nos dijeron que la obra se contrataría a finales de 1997 y después que lo harían en el primer trimestre del 98. Es una inversión fundamental no sólo para preservar el medioambiente, sino también para proteger el turismo, que es el pilar de la economía malagueña", insistió el diputado de IU. Según las estimaciones de los técnicos, la obra de construcción de la depuradora puede estar concluida en 18 meses. Benalmádena tiene censados en la actualidad a unos 26.000 habitantes, aunque en temporada turística la población alcanza las 60.000 personas.
