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"Es una pena que en España no se hagan documentales ni para TV ni para el cine"

Lágrimas negras, el último documental de Sonia Herman Dolz, holandesa nacida en Madrid hace 35 años, ha fulminado récords de taquilla en Holanda -lleva 22 semanas en la cartelera- y pronto se exhibirá en Bélgica y Alemania, donde ha despertado gran expectación. Máxime después de haber sido premiado en el Festival de San Francisco. El filme narra la gira que La Vieja Trova Santiaguera hizo por Europa en 1997.Los madrileños tuvieron ocasión de verlo, en sesión única, el pasado noviembre, con motivo del concierto que dieron en la capital los veteranos músicos cubanos. El pasado jueves los barceloneses pudieron disfrutar de la misma suerte: Lágrimas negras se proyectó en la Filmoteca de Cataluña, en la apertura del seminario Docs -impulsado por el programa europeo- Media-, sobre producción de documentales en Europa.

Herman Dolz, que ha viajado a Barcelona con su obra, lamenta que en España apenas se hagan documentales, tan en auge en otros países europeos, ni para televisión ni para el cine: "Es una pena, porque seguro que existe público para documentales; al menos, las dos veces que se ha mostrado el mío la sala se ha llenado". La directora no comprende la falta de sensibilidad de los gobernantes españoles hacia la producción de documentales. "En Holanda están muy protegidos, tan subvencionados como el cine", añade.

La cineasta, hija de barcelonesa y peruano, tenía tres años cuando llegó a Holanda con su familia. Allí se ha formado como profesional y ha creado su propia familia: tiene un hijo de corta edad -del que estaba embarazada cuando se embarcó en el proyecto de Lágrimas negras- y está esperando el segundo.

Desde jovencita se interesó por los secretos de la imagen, que no aprendió en los libros, sino en la trinchera de la experiencia diaria: empezó como fotógrafa, luego se puso tras una cámara y acabó dirigiendo. "En realidad, no era la dirección lo que me llamaba más la atención, lo que me atrae es el mundo de la imagen", confiesa. Su escuela de verdad fue la televisión: la cadena pública holandesa, donde trabajó tres años para el prestigioso programa de reportajes Diógenes.

A Herman DoIz lo que realmente la hace disfrutar con su trabajo es el poder explicar historias. Ella lo llama "dar un enfoque casi de ficción a los documentales". En Lágrimas negras -que toma el título de una canción del repertorio de La Vieja Trova, compuesta por Miguel Matamoros-, ha querido hablar "no tanto de Cuba sino de la vejez, o la juventud, o del no querer llegar a hacerse viejo, o del amor".

La cineasta tampoco acaba de entender por qué en España no se han visto sus obras. Ni en salas de cine ni en televisión. Su primer largometraje, un documental sobre el mundo de los toros, Romance de valentía (1992), con Enrique Ponce como protagonista, también está inédito en las pantallas comerciales, aunque se mostró en los festivales de Valladolid y Valencia. A Herman DoIz no sólo le gustaría que su trabajo se conociera en España, también le encantaría trabajar en proyectos españoles y asegura sentirse cómoda tanto en televisión como en cine, aunque tiene una teoría sobre la exhibición de los documentales: "No todos sirven para el cine; hay algunos que su lugar es la televisión, porque no son estilísticamente cinematográficos".

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